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lunes 1 de febrero de 2010

Bill Watterson: 15 años después

Bill Watterson fotografiado en 1986.

El 31 de diciembre de este año, se cumplirán 15 años desde la publicación de la última tira de Calvin y Hobbes. Escalofriante lo rápido que ha pasado el tiempo, ¿verdad? Casi tan escalofriante como pensar que Bill Watterson, su creador, llevaba casi veinte años sin dar una entrevista. ¿Llevaba? Sí, en pretérito. Veinte años llevaba sin dar ninguna entrevista a un diario hasta que hoy ha aparecido una publicada en The Cleveland Plain Dealer (qué magnífico nombre para un periódico, por cierto). Es tan cortita que por una vez me he desmelenado y la he traducido entera. También hay que reconocer que las preguntas son un tanto chorras, pero en fin… ¡menos da una piedra! La entrevista viene firmada por John Campanelli y podéis leerla en su idioma original aquí. Y ya que estamos, aprovecho para dejar nuevamente este enlace al dossier de prensa de Schulz, Carlitos y Snoopy, la biografía escrita por David Michaelis, que incluye una crítica de la misma escrita por Bill Watterson para The Wall Street Journal, por si alguien tiene interés en echarle un vistazo.

The Cleveland Plain Dealer: Con casi 15 años de distancia y reflexión, ¿qué cree que tenía Calvin y Hobbes que sirvió para capturar no sólo la atención de los lectores sino también sus corazones?
Bill Watterson: La única parte que comprendo es la referente a la creación de la tira. Lo que los lectores extraen de ella es cosa suya. Una vez publicada, los lectores aportan sus experiencias personales y la obra adquiere viva propia. Cada uno responde de manera diferente a diferentes elementos. Yo sólo intentaba escribir con sinceridad e intentaba crear un pequeño mundo que resultara divertido observar, de modo que la gente dedicara tiempo a leer la tira. Esa era toda mi preocupación. Mezclas unos cuantos ingredientes y muy de vez en cuando la química actúa. No soy capaz de explicar por qué la serie tuvo el éxito que tuvo y tampoco creo que pudiera volver a duplicarlo jamás. Han de darse muchas circunstancias a la vez.
TCPD: ¿Qué piensa del legado que dejó su tira?
BW: Bueno, no es un tema que me quite el sueño. Son los lectores los que han de decidir si la obra tiene sentido y relevancia para ellos, y puedo vivir con cualquier conclusión a la que lleguen. Una vez más, mi parte en todo esto terminaba mayormente en el momento en el que la tinta se secaba.
TCPD: Los lectores se hicieron amigos de sus personajes, de modo que, comprensiblemente, lamentaron (y todavía hoy siguen lamentando) que la serie llegara a su fin. ¿Qué les diría?

De propina, esta página dedicada a rarezas de Bill Watterson
en la que he encontrado este autorretrato.

BW: No es tan difícil de comprender como la gente intenta que parezca. Al cabo de diez años, había contado prácticamente todo lo que me había planteado contar. Siempre es mejor dejar la fiesta en el momento álgido. Si me hubiera dejado llevar por la popularidad de la tira y me hubiera seguido repitiendo durante otros cinco, diez o veinte años, la gente que ahora «lamenta» la desaparición de Calvin y Hobbes estaría exigiendo mi cabeza y maldiciendo a los periódicos por publicar tiras viejas y tediosas como la mía en vez de buscar nuevos talentos. Y yo estaría de acuerdo con ellos. Creo que parte del motivo por el que Calvin y Hobbes sigue encontrando un público hoy en día es porque elegí no apurarlo hasta las heces. Nunca he lamentado dejarlo cuando lo hice.
TCPD: Su obra tocó a tanta gente que muchos fans sienten una conexión con usted, como si le conocieran. Quieren más obras suyas, más Calvin, otra serie, lo que sea. Sus fans lo consideran realmente como a una estrella del rock. Debido a su aversión a la vida pública, ¿cómo se enfrenta usted a esa situación? ¿Y cómo lleva pensar que seguirá siendo así durante el resto de su vida?
BW: Ah, la vida del historietista… ¡Cómo echo de menos las groupies, las drogas y las habitaciones de hotel destrozadas! Pero desde mis días de «estrella del rock», la atención del público ha disminuido un montón. En términos de cultura popular, los noventa transcurrieron hace eones. Hay momentos ocasionales de extrañeza, pero por lo general llevo una vida tranquila y hago lo que puedo por ignorar el resto. Me siento orgulloso de la tira, enormemente agradecido por su éxito y sinceramente halagado de que la gente siga leyéndola, pero escribí Calvin y Hobbes cuando tenía treinta años, y desde entonces ha llovido mucho. Una obra de arte puede quedar congelada en el tiempo, pero yo sigo avanzando a trompicones por los años igual que todo el mundo. Creo que los fans más serios lo entienden y están dispuestos a dejarme espacio para seguir con mi vida.
TCPD: Ahora que el servicio postal de Estados Unidos va a lanzar unos sellos con la imagen de Calvin, ¿cuánto tiempo piensa esperar antes de enviar una carta con uno de ellos?
BW: Pienso montar de inmediato en mi carro tirado por caballos y enviar un cheque para pagar mi subscripción al periódico.
TCPD: ¿Cómo quiere que la gente recuerde a aquel niño de seis años y a su tigre?
BW: Yo voto por «Calvin y Hobbes, Octava Maravilla del Mundo».

CómicEntrevistas , 10 comentarios

Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda.
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