Tapas variadas
«La fuente veneciana de Nicolas Jenson ha inspirado muchas nuevas versiones muy dignas, siendo la más elegante y escurridiza la creada por la imprenta Doves hacia 1900. Doves fue fundada en Hammersmith, en el oeste de Londres, por el encuadernador Thomas Cobden-Sanderson. […] Pero Doves es célebre por otro motivo, más allá de su belleza. En 1908, Cobden-Sanderson rompió relaciones con su socio Emery Walker y la imprenta cerró. Temiendo que fuesen utilizados en trabajos de mala calidad o que con ellos se imprimiesen textos de temática indeseable, [Sanderson] se llevó todo el juego de tipos al puente de Hammersmith y lo arrojó al Támesis».
El anterior es apenas un fragmento del capítulo dedicado por Simon Garfield en su libro Es mi tipo (Taurus, 2011; traducción de Miguel Marqués) a la fuente Doves, desaparecida en el fondo del Támesis. La historia es una de las más memorables de todo el libro y ha tenido un final inesperado. Después de tres años trabajando duramente en ello, el tipógrafo Robert Green ha recreado Doves como fuente digital. Puede comprarse aquí, pero lo más interesante sin duda es el blog en el que Green va explicando todo el proceso de resurrección de la fuente.
Parte I. Parte II. Parte III. Parte IV.
Aunque a veces pueda parecerlo, la obsesión de los políticos por mutilar las redes de bibliotecas no es ni mucho menos un mal endémico nuestro. Aunque hay muchas maneras de reaccionar contra dichos recortes, una de las más bonitas y creativas que he visto yo es este vídeo que nos llega desde Toronto, donde no sólo se desmontan los argumentos bananeros del político de turno para justificar los recortes sino que se señala con nombre y apellidos a, en este caso, los concejales empeñados en votar a favor de los mismos. Por lo menos que se les caiga la cara de vergüenza, si es que les queda alguna.
«Era conocido como el asesino de gatos de Pennsylvania, un agresivo sabueso sentenciado a cadena perpetua en la penitenciaría de Eastern State por el macabro asesinato del felino del gobernador. En su retrato policial de 1924, le vemos con las orejas gachas, un número de identificación colgado alrededor del cuello y mirada claramente culpable. Según los periódicos de la época, Pep, el labrador negro, habría atacado y matado al gato de la esposa del por aquel entonces gobernador de Pennsylvania, Gifford Pinchot. Pero fue acusado falsamente. En realidad Pep era completamente inocente y su único delito fue mordisquear los cojines del sofá del porche delantero del gobernador. La historia de que había matado a un gato era completamente ficticia, inventada por un reportero que decidió tomarse más licencias poéticas de las que le correspondían». Así comienza la simpática historia de Pep, el perro asesino que no era tal y aun así se pasó más de media vida entre rejas. Casi, casi un noir canino en toda regla. Sigue en este artículo de Daniel Miller para The Daily Mail.
Hace un tiempo dediqué un post a las portadas de la Colección Pulga, editada por Germán Plaza, probablemente la colección de novela de bolsillo más popular durante los años cincuenta en España. Ojalá hubiera contado entonces con toda la información contenida en esta estupenda entrada de Josep Mengual para su blog Negritas y cursivas. Si os interesa la historia de la literatura popular, no dejéis de echarle un vistazo.
Termino con un poco de autobombo. Hace unas semanas participé en el programa Viaje al interior de la cultura, de La 2, hablando brevemente sobre Bram Stoker y Drácula. Básicamente vienen a ser las mismas ideas que a lo mejor ya leísteis en esta entrada, pero balbuceadas por un señor peludo. En cualquier caso, aquí arriba dejo el vídeo.