Cuando los pollos dominaban la Tierra
No es que me guste particularmente tirar de la misma fuente para dos entradas consecutivas, pero esta entrevista de Damon Tabor al paleontólogo Jack Horner aparecida hace cuatro días en Wired, a propósito de la próxima publicación de su nuevo libro How to Build a Dinosaur: Extinction Doesn’t Have to Be Forever es demasiado buena como para dejarla pasar. ¡Prometo no volver a citarles en mucho tiempo!
Wired: Dinopollo… Repasemos el concepto.
Jack Horner: Los pájaros son descendientes de los dinosaurios. Llevan consigo su ADN. De modo que, en sus primeras fases, un embrión de pollo desarrollará rasgos propios de un dinosaurio, como la cola, los dientes y patas delanteras acabadas en tres dedos. Si fuéramos capaz de localizar los genes que cancelan el rabo y que fusionan los dedos para crear un ala y aprendiéramos a desactivarlos, podríamos criar animales con características de dinosaurio.
Wired: Es una idea romántica, esa de que los dinosaurios puedan pervivir en forma de pájaros.
Horner: Los dinosaurios no están extintos; en ese sentido siguen aquí con nosotros. Los pájaros tienen un aspecto diferente, sí, pero eso sólo es cosmética. Trasteando algunos de esos genes deberíamos poder volver a hacer visibles esas similitudes subyacentes. Y sí, es una idea descabellada, pero me gusta empezar la casa por el tejado.
Wired: Usted fue asesor en Parque Jurásico. ¿Deberíamos preocuparnos?
Horner: Mire, tampoco es que el dinopollo vaya a conquistar el mundo. Si se aparea con una gallina seguirán teniendo pollos. Eventualmente, a lo mejor conseguimos animales que se parezcan más a los dinosaurios, pero no tendremos manadas de velocirraptores sueltos.
Wired: ¿Algún espinoso dilema ético?
Horner: Si piensa usted que estamos jugando a Dios, quizá. Pero ya estamos modificando plantas y ratones. Y no veo a demasiada gente llevándose las manos a la cabeza quejándose porque haya mejores tomates.
Wired: ¿Le critican otros investigadores?
Horner: Los científicos que juegan siguiendo las reglas de otros no tienen demasiadas oportunidades de hacer nuevos descubrimientos.
Wired: La inversión inicial salió de su propio bolsillo. ¿Es un problema el dinero?
Horner: No debería costar más de un par de millones de dólares. No es demasiado dinero para tratarse de un experimento científico importante.
Wired: ¿Cuáles son las ventajas? ¿Qué piensa ganar con esto?
Horner: En última instancia, esperamos que pueda conducir a una cura para los defectos genéticos. Una vez hayamos aprendido a controlar los genes, tendremos la posibilidad potencial de regenerar la médula espinal, regenerar los huesos, etcétera, etcétera. A lo mejor también conseguimos pollos más rollizos.
Wired: Ciertamente demostraría que los creacionistas están completamente equivocados.
Horner: La religión se basa en la fe, no en las pruebas. Comparar la ciencia con la religión no es como comparar manzanas con naranjas, es más bien como comparar manzanas con máquinas de coser.
Wired: En su libro afirma su intención de presentar al dinopollo en el programa de Oprah Winfrey. ¿Por qué?
Horner: La criatura sería su mejor propio portavoz. Contribuiría mucho a convencer a la gente de que son muchas las cosas que podemos aprender con este tipo de experimentos, sobre biología, desarrollo, evolución. De otro modo, sólo somos un grupo de científicos alocados creando monstruos en nuestros laboratorios.
Pincha aquí para ver la entrevista en inglés.
Pincha aquí para ver la web del Museo de las Rocosas, de cuya área de paleontología es conservador Jack Horner.