Cultura Impopular

El blog de Espop Ediciones

lunes 22 de marzo de 2010

Una banda sonora para Acero

Para celebrar que Acero y A la cara, los dos primeros títulos de Es Pop Narrativa, ya están en las tiendas, hoy os traigo una chorradilla simpática que espero que os haga gracia. Se trata de una banda sonora para Acero, elegida por el propio autor de la novela, Todd Grimson. Hace poco le estuve entrevistando para el dossier de prensa del libro y, teniendo en cuenta la importancia que tiene la música dentro de la trama y lo mucho que contribuye a su ambientación, se me ocurrió pedirle que elaborara una pequeña lista de temas adecuados para una hipotética banda sonora. Y este ha sido el resultado:

  1. Sueisfine, de My Bloody Valentine
  2. I Only Think of You, de The Horrors
  3. Jesus is On the Mainline, de Mississippi Fred McDowell
  4. Colony, de Joy Division
  5. Dreams Burn Down, de Ride
  6. Algo de Mazzy Star
  7. Más My Bloody Valentine
  8. Piano Sonata nº 1, de Alban Berg interpretada por Glenn Gould
  9. Visions de l’Amen, de Olivier Messiaen para dos pianos, interpretada por Serkin & Takahashi
  10. Cuarteto para cuerda nº 1, de Maurice Ravel
  11. Decades, de Joy Division
  12. Insight, de Joy Division
  13. Sonata para piano y cuarteto de cuerda, de Morton Feldman, interpretada por Yuki Takahashi y Kronos Quartet
  14. Algo de Ry Cooder tocando la slide guitar en plan lento, como en la banda sonora de Paris, Texas
  15. Reverence, de Jesus & Mary Chain

Ahora, gracias a Spotify, si tenéis interés por oír a qué suena esta recopilación urdida por el bueno de Todd Grimson o incluso ponerla de fondo mientras leéis el libro, tenéis ya todos los temas reunidos y colocados en orden en esta lista de reproducción.

Un par de comentarios acerca de la lista. Como veréis, el tema de Mazzy Star y el segundo de My Bloody Valentine no estaban especificados, así que estos en concreto los he añadido yo; «So Tonight That I Might See» porque me parecía que encajaba muy bien después del «Dreams Burn Down» de Ride y «Come in Alone» porque creo que refleja un momento muy concreto de la relación entre Justine y Keith y ese punto de semioptimismo que adoptan durante la segunda parte del libro. Por otra parte, no he conseguido encontrar la versión de Visions de l’Amen de Serkin & Takahashi, pero supongo que podremos apañarnos con esta grabación de 2006 a cargo de Andreas Grau y Götz Schumacher (cabe aclarar que Visions de l’Amen es una obra formada por siete composiciones, de las cuales he elegido sólo una, el «Amén del deseo», pues es la que personalmente más apropiada me parecía para el libro, pero ya que Grimson menciona la obra entera, dejo aquí otro vínculo a Spotify para quien quiera sumergirse por completo en las Visions de l’Amen de Messiaen). ¡Que ustedes lo disfruten!

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viernes 12 de marzo de 2010

El ADN de Schulz

Schulz es como el fundador. El que se inventó todo. Ahora tiene dignos seguidores como Liniers. Eso te lo dirá casi todo el mundo al que le preguntes. Es increíble lo moderno y contemporáneo que es todavía. Y eso que es una tira que nació hace muchísimos años, casi más de medio siglo. Yo los devoraba siempre. A su lado, Mafalda no es nadie.
Juanjo Sáez

Como mucha gente de nuestra generación, supongo, yo era mas de Mafalda en lo que a tiras cómicas se refiere. Ese humor argentino tan intelectual y tan «progre» me sulibellaba. Desgraciadamente aquí en España Peanuts se identificaba con los pijos. Todo eso de «te lo juro por Snoopy»… !Cuánto daño hizo! Porque las tiras y el trabajo de Schulz no se conocían realmente. Fue ya de mayor cuando «descubrí» y gocé de esos maravillosos personajes.
Joaquín Reyes

Soy un fan absoluto Desde siempre he conectado con su mundo, tan fácil pero tan irónico a la vez. Las tiras de Snoopy sobre todo son profundísimas, muchas veces rayan el absurdo humor gráfico que me gusta, el tipo de viñeta que me hace sonreír de inteligencia. Me gusta la soltura del trazo, la elegancia con que describe a los personajes…
Jordi Labanda

Estos tres son sólo algunos de los comentarios que aparecen recogidos hoy en un reportaje a doble página firmado por Miqui Otero para el periódico ADN a propósito de la publicación de Schulz, Carlitos y Snoopy. Una biografía. Pincha aquí para leerlo entero en la web de ADN o aquí para descargarte la edición en PDF.

Y ya que estamos con el autobombo, aprovecho para dejar un par de enlaces más que me había dejado pendientes.
Diez viñetas en la vida de Charles Schulz, un artículo de Elena Cabrera aparecido el mes pasado en La Información.
Audio en podcast de la entrevista que me he hizo Christian Osuna el pasado 12 de febrero en su espacio radiofónico La Guía del Cómic a propósito del décimo aniversario del fallecimiento de Schulz.

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jueves 4 de marzo de 2010

El hombre de las portadas de acero

Bueno, pues siguiendo con la ya tradicional costumbre de destripar un poco el proceso de diseño de cada una de las portadas de los libros que vamos publicando (¡menos mal que tampoco son muchos!), hoy le llega el turno a la del primer número de la nueva colección Es Pop Narrativa: Acero, de Todd Grimson. Una portada a la que, por cierto, le tengo un especial cariño, no sólo por ser la primera que me animé a diseñar en solitario, sino porque además contribuyó a que mis socios en esta aventura, la buena gente de Valdemar, empezaran a ver la propuesta con otros ojos. Y es que, claro, una cosa es hablar en abstracto y otra muy distinta tener algo que marca la línea del producto ya en la mano. ¡A pesar de que el producto ni siquiera exista! (el primer boceto de los que veréis aquí se hizo antes incluso de haber comprado los derechos de Acero; y cuando digo «antes» me refiero como a un año antes). Pero volvamos al principio. Recordaréis que hará un par de meses os comentaba que mi amigo David Muñoz había dirigido un cortometraje titulado El último día (que podéis ver aquí). Aprovechando que la protagonista del corto, Ana Villa, salía en un par de escenas maquillada de vampira, y también su buena disposición, tiré de cámara y le saqué una buena tanda de fotos. Si tenéis curiosidad, podéis ver una selección de dichas instantáneas aquí, pero mi favorita, en cualquier caso, es esta:


Justo por aquel entonces acababa de leer Acero, un título que me habían pasado precisamente desde Valdemar para ver si se adecuaba a su colección de narrativa gótica. Y lo cierto es que no era el caso; Acero era demasiado contemporáneo, demasiado posmoderno y demasiado referencial como para justificar su inclusión junto a clásicos como Stoker y Lovecraft o incluso autores más recientes como William Hjortsberg y Shirley Jackson. Sin embargo, aquellas mismas características lo hacían perfecto para Es Pop. La idea de lanzar una colección de libros de narrativa contemporánea me llevaba rondando desde el primer día, aunque por el momento parecía quedar lejos de mi alcance. Pero de repente allí teníamos aquel título, perfecto para presentar una colección que yo no podía editar solo y, en mi opinión, equivocado para las líneas ya establecidas por Valdemar. La solución parecía evidente: editémoslo juntos. Para ilustrar el concepto de colección que tenía yo en la cabeza y aprovechando las fotos que había hecho durante el rodaje de El último día, preparé este apresurado boceto que podéis ver aquí abajo a la derecha:

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Es, efectivamente, la foto de arriba reencuadrada y mínimante retocada con Photoshop para hacerla un poco más fría y borrar el enchufe ese que se veía a la derecha. A la izquierda podéis ver la portada original norteamericana, que no me gusta nada pero sí ilustra un poco el concepto que quería reinterpretar: una cubierta sencilla, compuesta únicamente por la imagen, el título de la obra, el autor y una cita con atractivo comercial. Nada de logos ni de marcos, ni de sellos de colección. Mi idea era reproducir un poco ese aire a bestseller americano, para que a los libreros les entraran ganas de colocar nuestros libros entre las novedades de Planeta y… hala, a vender como locos. Por supuesto, como todos los mejores planes, este acabó yéndose rápidamente al traste por culpa de mis manías, una de las cuales es que no me suelen gustar demasiado las portadas realizadas a partir de fotos. No me malinterpretéis: hay algunas portadas fotográficas verdaderamente magníficas, pero sí creo que el uso de la fotografía está excesivamente extendido y que, encima, está copado por el trabajo de agencias como Corbis o Getty, con lo cual además corres el riesgo de que te pasen cosas como esta, esta o esta otra. El caso es que, no sólo por estética sino también, a qué negarlo, para que llamaran un poco más la atención, decidí que uno de los rasgos definitorios de la colección debería ser que todas las portadas fueran ilustradas.

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Mientras tanto, como podéis ver aquí arriba, seguí dándole vueltas y usos a esta otra foto de El último día. En este caso son pruebas para la carátula del DVD, pero las incluyo aquí para veáis el modo en el que intentaba potenciar ideas como la de que las letras «pincharan» el cuello de la protagonista (como en la primera) o la de que dieran un poco una impresión cortante (como en la segunda). Todo esto, evidentemente, como campo de pruebas para cuando llegara el momento de diseñar la portada definitiva de Acero, para la cual ya tenía en mente a un único ilustrador.

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Las dos imágenes que veis aquí arriba son de David Sánchez, ilustrador e historietista y diseñador de las publicaciones de la editorial Errata Naturae (no dejéis de echarle un vistazo a su espectacular El destripador). Para mí, David es uno de esos ilustradores que incluso cuando trabaja desde una referencia fotográfica es capaz de mantener un estilo reconocible y personal. Aparte de eso, me gustan mucho cómo trata el color y el grosor de su trazo. Por eso, una vez comprados los derechos de la novela y tras haber decidido que sí, que íbamos a utilizar mi boceto inicial como punto de partida, supe de inmediato a quién quería encargarle la ilustración. Afortunadamente, a David le interesó el trabajo y rápidamente me envió esta primera imagen que podéis ver abajo a la izquierda.

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Como veis, el (a mi juicio) mayor hallazgo de la portada ya está ahí presente: la mancha de rojo que divide la imagen en dos. Debo reconocer que me sigue gustando mucho el contraste únicamente entre blanco y rojo, pero me daba miedo que fuera excesivamente agresivo para el lector y además quería algún elemento azul que recordara pues, eso, la frialdad del acero y que me sirviera de nexo de unión con un detalle azul que tenía pensado para el lomo. De modo que le pedí a David que coloreara de azul la parte inferior del rostro de la chica y un par de detalles mínimos más (que el rojo no entrara dentro de la boca y cambiar la posición del reflejo en el ojo). Como veis, la portada quedó prácticamente terminada desde el primer dibujo.

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Aun así, yo soy un poco de natural paranoico, y cuando algo me gusta mucho desde el primer momento siempre lo toqueteo un poco, más que nada para ver si la opinión inicial se sostiene o si es únicamente fruto del entusiasmo. Por eso, probé otras combinaciones de colores sobre la misma ilustración para ver de qué manera cambiaba la primera impresión. Aquí arriba podéis ver las tres que hice antes de reafirmarme en que no, no hacía falta cambio alguno y que la combinación rojo-azul-blanco era perfecta y lo suficientemente llamativa como para gritar desde la sección de libros de misterio y terror, donde lo que predominan son los tonos negros. Así pues, una vez decidida la portada, sólo quedaba escoger los elementos gráficos que debían ir en la contraportada y en una de las solapas. Acero es una novela bastante coral, pero el eje que mueve todas las relaciones es el compuesto por Justine, una vampira francesa del siglo XV que vive en el Los Ángeles de mediados de los noventa; su compañero Keith, un antiguo guitarrista de un grupo postpunk que tuvo que abandonar la música después de que unos matones le rompieran los dedos; y David, un antiguo enamorado de Justine convertido al vampirismo por ella que ahora la busca para vengarse. Pensé que sería buena idea reflejar este triunvirato en el diseño de la portada, así que le pedí a David (Sánchez, no el vampiro) que me dibujara una mano con los dedos vendados para la contra (tal y como se describen los de Keith en el libro) y para la solapa un sable ensangrentado, ya que David (el vampiro, no Sánchez) utiliza repetidas veces uno en la novela.

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Aquí arriba tenéis la ilustración definitiva que me hizo David, con los tres elementos ya colocados en su sitio. De toda la cubierta, debo reconocer que casi lo que más me gusta es la mano de la contra. Por momentos me arrepiento de haberla utilizado aquí porque habría sido una portada súper impactante para alguna otra novela, pero eso supondría esperar a encontrar otra en la que el protagonista también llevara los dedos vendados, y no era plan. Aquí abajo os dejo, en fin, el resultado definitivo, ya con todos los textos colocados en su sitio (con el título bien cerca del cuello, como en la primera carátula de El último día), su ISBN, su foto del autor y, bueno, todos esos elementos que indefectiblemente afean la ilustración pero que se imponen como inevitables. ¡La semana que viene os espero aquí para hablar de la portada de A la cara!

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Más sobre Acero, de Todd Grimson
Características: 14 x 21,5 centímetros.
Rústica con solapas. 272 páginas.
ISBN: 978-84-937771-1-1
Precio: 17 €

Dossier en PDF (incluye 15 páginas de adelanto)
Alta resolución (5,1MB): http://www.espop.es/prensa/acero.zip
Baja resolución (616KB): http://www.espop.es/prensa/acero_low.pdf
Portada: http://www.espop.es/prensa/acero_portada.tif

Otras entradas sobre diseño de portadas

·  Schulz, Carlitos y Snoopy: una portada
·  Cubriendo los trapos sucios
·  Sexo implícito: cómo se hizo la portada de El otro Hollywood
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·  En portada: John Gall

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jueves 11 de febrero de 2010

Un país para Schulz

Diez años después del fallecimiento de su creador, la aparición de Schulz, Carlitos y Snoopy: una biografía, de David Michaelis (Es Pop Ediciones) permite una aproximación a la serie creada en 1950 gracias a un triple enfoque: en primer lugar, la crónica biográfica exhaustiva y minuciosa, que narra la vida del creador con una apabullante avalancha de datos. Un relato que aborda desde los detalles más superficiales hasta aquellos más personales, componiendo un perfecto retrato del hijo de un barbero inmigrante que crecería como un hombre tímido de fuertes principios religiosos pero con una vocación artística determinada y firme que terminaría siendo ejemplo perfecto del sueño americano. En segundo lugar, la propia cronología de la evolución de una serie que ya nació de forma atípica. […] Y en tercer lugar, con un escrupuloso análisis de las razones que convirtieron la serie y sus personajes en un fenómeno mediático y sociocultural sin precedentes. […] Una triple vía de análisis, desarrollada en paralelo, que aporta una nueva perspectiva a la obra de Schulz, permitiendo que el lector cuantifique la importancia de la obra mucho más allá de sus logros económicos y entender las razones que llevaron a la serie a convertirse en un icono de la cultura de masas.

Álvaro Pons reseña hoy en El País Schulz, Carlitos y Snoopy. Una biografía. Pincha aquí para ver el artículo completo en la web de El País o aquí para leerlo en PDF.

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miércoles 10 de febrero de 2010

Entrepeanuts

Posiblemente uno de los mayores logros de los que pueda enorgullecerse una biografía sea que, además de presentar los hechos bien documentados y con claridad, lo haga de una forma amena. Este es el caso del libro que nos ocupa, escrito de forma dinámica, elegante y no carente de cierto estilo literario, sin caer en la licencia poética. Michaelis ya había abordado antes tanto la novela (Boy, Girl, Boy, Girl; Bantam, 1989) como la biografía (NC Wyeth. A biography; Knopf, 1998), y sus tablas son evidentes en este libro, en el que no se limita a realizar una enumeración de eventos sino que formula una hipótesis de trabajo que trata de demostrar a lo largo del libro apoyándose en la propia vida del autor. Dicha hipótesis puede dividirse en realidad en dos. En primer lugar Michaelis utiliza la descripción del entorno del Schulz niño, adolescente y joven adulto, su habilidad desde niño para el dibujo, su paso por el colegio y el Ejército, sus amores de juventud, para definir algunos elementos de su carácter que conducirán a la creación de Peanuts. Algunos de estos elementos pueden ser su capacidad de trabajo, su tenacidad, su inmunidad al desaliento, su sensibilidad, la firmeza de sus convicciones. Pero también su dificultad para relacionarse con quienes le rodean, su soberbia, su dependencia familiar. La segunda de las hipótesis de Michaelis, el carácter eminentemente autobiográfico de Peanuts, viene ya refrendada por Schulz, y es que el autor afirmaba en entrevistas que quien quisiera conocerle de verdad solo tenía que leer la tira.

El tío Berni reseña Schulz, Carlitos y Snoopy. Una biografía.
Sigue en Entrecomics.

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domingo 7 de febrero de 2010

Schulz encuentra su Público

«¿Sabes por qué esa niña pelirroja nunca se fija en mi?», se lamenta Charlie Brown encerrado en una viñeta. «¡Porque no soy nada! ¡Cuando mira hacia aquí no hay nada que ver! ¿Cómo va a ver a alguien que no es nada?». La tira es emblemática de lo que fue la vida de Charles M. Schulz (1922-2000), creador de Snoopy, Charlie Brown y los Peanuts, y uno de los historietistas más leídos del siglo pasado. Así lo plantea David Michaelis en su biografía Schulz, Carlitos y Snoopy (Es Pop Ediciones), que acaba de ser publicada en español coincidiendo con el décimo aniversario de su muerte a causa de un cáncer de colón. Michaelis ha empleado varios años hablando con familiares, ha accedido al archivo del autor, consultado a conocidos de todas las etapas de su vida y ha escrito un volumen en el que lo más jugoso está en su intertextualidad: la idea es que el lector acompañe el recorrido vital y profesional de Schulz con muchas viñetas en las que el autor volcó sus frustraciones, miedos, desgracias y algunas (pocas) alegrías. En el juego de verse como su propia criatura, Schulz dejó escrito bien claro que «Charlie Brown tiene que ser el que sufra, porque es una caricatura de una persona normal. La mayoría de nosotros estamos mucho más familiarizados con el fracaso que con el éxito».

Así empieza un extenso artículo de dos páginas escrito por Jesús Rocamora, aparecido hoy mismo en el diario Público. Ya se puede leer también en su web, pero hay que decir que el diseño en papel (que podéis ver arriba) mola mucho más. ¡Dónde va a parar! Afortunadamente, para eso está también la edición en PDF.

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jueves 4 de febrero de 2010

Diez años sin Schulz

Hoy, 12 de febrero, se cumple justo el décimo aniversario del fallecimiento de Charles M. Schulz; ya sabéis, el protagonista de esa biografía sobre la que últimamente no hago más que dar la brasa. Como lo que es hablar sobre su figura y también sobre su vida ya lo están haciendo de sobra otros medios a lo largo de toda esta semana, ahí va como homenaje esta pequeña selección fotográfica acompañada de algunos textos extraídos del libro de David Michaelis y centrada principalmente en el extraordinario alcance de la influencia de los personajes de Schulz.

«Spike, el perro de los Schulz, serviría luego de modelo para Snoopy. «Era una criatura salvaje», recordaría Schulz. «No creo que nunca llegara a estar del todo domado. Era capaz de comprender un vocabulario de unas 50 palabras y le encantaba montar en el coche». [A los 14 años, Schulz] envió un dibujo de Spike a la serie sindicada Increíble pero cierto. Para presentar a Spike como un sujeto digno de la antología diaria de acontecimientos extraños creada por Ripley, Sparky lo dibujó de perfil, como un perro entrenado (para que contrastara mejor con sus hábitos reales), sentado sobre las patas traseras, alerta como un sabueso. Robert Ripley aceptó el envío de Sparky y lo publicó el 22 de febrero de 1937».

Portada original de La felicidad es un cachorrito y de otro producto derivado
de portada similar, El evangelio según Peanuts.

«Los libreros nunca habían vendido un volumen en tapa dura similar al presentado por Determined Productions (a su vez una voz nueva y bastante diferente dentro del mundo editorial) en noviembre de 1962, apenas semanas después de que Estados Unidos y la Unión Soviética hubieran llegado al borde de la guerra termonuclear. Happiness Is a Warm Puppy demostró ser rápidamente el más elusivo sueño de los editores: un éxito para todas las edades, alcanzando la lista de los libros más vendidos de la nación el 2 de diciembre y permaneciendo en ella durante cuarenta y tres semanas. Acabaría siendo el quinto libro más vendido de 1962 y el primero ente los títulos de no ficción en 1963. Todo lo que desconcertaba a los libreros (el extraño formato; el tema único, explorado con sinceridad infantil a través de infinitas variaciones; las páginas coloreadas y sin numerar sobre las que irrumpían Linus, Lucy, Charlie Brown y Snoopy, no como personajes de una tira sino como arquetipos de libro ilustrado), fue lo que lo convirtió en un «producto de regalo» (un nuevo término para el mercado) que la gente se obsequiaba mutuamente para conmemorar las ocasiones más personales».

Un participante en la marcha contra la pobreza de 1968 en Washington.

«Un artículo de portada de Time en 1967 había citado a los personajes de Schulz como «favoritos de los hippies» y situaba a Schulz en su Shangri-La de Coffee Lane como el admirado vecino de la Comuna Morningstar. En 1968, seis años después de la edición de Happiness Is a Warm Puppy, John Lennon contestaría con una canción en el Album blanco de los Beatles, “Happiness Is a Warm Gun” [La felicidad es un arma caliente], y dos años después de que Schulz escribiera la escena de A Charlie Brown Christmas en la que Linus decide que el desgraciado arbolito de Charlie Brown «no es un mal árbol, lo único que necesita es un poco de amor», los Beatles pasaron a martillar el mismo mensaje por todo el mundo: «Lo único que necesitas es amor». El léxico de Peanuts se filtró permeando la cultura de arriba abajo y de abajo arriba. Cuando la Southern Christian Leadership Conference llevó la que popularmente se conoció como Campaña de los Pobres hasta Washington D.C. para solicitarle al Congreso un proyecto de ley de 30.000 millones de dólares en contra de la pobreza en mayo de 1968, las pancartas que inundaron The Mall salían prácticamente de la mesa de dibujo de Schulz: «La felicidad es… Una casa seca… Sin ratas ni cucarachas… Mucha comida buena»».

A la izquierda, Terenci Moix con una sudadera de «Snoopy for President». Snoopy fue adoptado por votantes reales como candidato independiente durante las elecciones presidenciales de 1968 y 1972, incitando en California una ley para ilegalizar la inclusión del nombre de personajes de ficción en las papeletas. A la derecha, Brooke Shields con un Snoopy gigante. Pincha para ampliar.

«Siguiendo el espíritu de la época, Connie Boucher vendió Peanuts como si fuera una causa para los consumidores, presentando a Schulz como el improbable nombre de referencia para todos aquellos «menores de treinta» y mayores de nueve, mientras Jim Young le daba a los libros y productos un aspecto que estaba al menos media cabeza por delante de otros avatares de la cultura pop no menos potentes, como los Beatles. Cuatro años antes de que los cuatro de Liverpool revolucionaran la industria del disco imprimiendo las letras de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band sobre un fondo de rojo chino en la contracubierta del álbum, de modo que las palabras casi parecieran vibrar, Boucher y Young electrizaron los ojos del consumidor con diseños y esquemas que, como informaría John Mack Carter, «han tomado virtualmente Carnaby Street». Antes de 1965, cuando Determined presentó la Sudadera Peanuts en las librerías Brentano’s, a nadie se le había ocurrido ofrecerle sudaderas a los compradores de libros. Las sudaderas eran prendas deportivas para mantenerse caliente antes o después de salir al campo de juego».

Un Convair B-58 Snoopy.

«Ya en 1959, dos bombarderos supersónicos Convair B-58, designados Snoopy-1 y Snoopy-2, habían tomado los cielos con su sosias pintado «en su pose más supersónica» en los morros. A mediados de los sesenta, escuadrones enteros de pilotos de cazas F-100 entraban en combate en trajes de vuelo decorados con parches del As del Aire en forma de diamante; y unos directivos de la NASA escogieron a Snoopy como símbolo de un nuevo programa de seguridad e inyección de moral».

Thomas P. Stafford saluda a Snoopy momentos antes de emprender la misión Apolo 10.

«[En mayo de 1969], los capitanes Eugene A. Cernan y John W. Young, de la marina de Estados Unidos, y el comandante Thomas P. Stafford, del ejército del aire, llevaron a cabo la misión de reconocimiento Apolo 10 en un módulo de mando llamado Charlie Brown, y descendieron en el módulo lunar Snoopy a una distancia de casi ocho millas náuticas y media del Mar de la Tranquilidad, en un ensayo final para el alunizaje del Apolo 11, que marcaría un antes y un después en la historia en julio de aquel mismo año. Para los astronautas, Snoopy era más que una mascota; como «único perro con experiencia de piloto», les sirvió de guía y guardián. De camino a la luna, a 206.000 kilómetros de la Tierra, Cernan mostró un dibujo de Snoopy, con sus gafas, su casco y su bufanda, frente a la cámara de televisión en color que llevaban a bordo para retransmitir a la Tierra. «Siempre imaginé a Snoopy con su viejo casco de aviador de la Primera Guerra Mundial, sus anteojos y su bufanda plateada, y creo que en aquellos tiempos nosotros mismos nos veíamos así en parte», recordaría Cernan. NASA estimó que más de mil millones de espectadores de todo el mundo vieron a Snoopy en aquel momento».

El viejo maestro en 1999, cinco meses antes de morir, en una de sus últimas fotografías.

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martes 19 de enero de 2010

Los trapos crudos

Esta vez no ha hecho falta que me avisara nadie. Esta vez lo pillé en directo. Andaba el jueves preparando la comida como casi cada día con el programa Carne Cruda de Radio 3 de fondo, cuando oí las siguientes palabras: «Hoy me voy a quitar la careta y voy a reconocer sin tapujos mi pasión por la música más macarra, los excesos morbosos y los tópicos sobre el sexo, la droga y el rock and roll. Hablamos de la banda que llevó al extremo el rock and roll way of life y que vivió para contarlo (esto es, Nikki Sixx, Tommy Lee, Mick Mars y Vince Neil: Mötley Crüe), y del libro que se ha convertido en la auténtica Biblia de las biografías musicales, The Dirt o Los trapos sucios en castellano, una autobiografía seductora y adictiva en la que se ponen a parir unos a otros y que al final no te permite decidir cuál de los cuatro es el más rastrero». En el transcurso del siguiente cuarto de hora, Javier Gallego y su colaborador más rockero, el señor Sanabria, se dedicaron a recomendar y comentar el libro, desgranando algunas de sus anécdotas y radiando una tremenda versión de «Helter Skelter» a cargo de nuestros cuatro cafres favoritos.
Que hablen de tus libros en la radio ya de por sí hace ilusión, pero que encima lo hagan en un programa que escuchas habitualmente y que te lleves la sorpresa de oírlo en directo aún hace más, de modo que… gracias, señores de Carne Cruda.
Aquí os dejo, ahora que por fin lo he localizado, el podcast con el programa completo por si queréis escucharlo. El fragmento en concreto en el que se habla de Los trapos sucios es a partir del minuto 46:00 y hasta el final, pero por supuesto, si no lo conocéis, os invito a escuchar el programa entero, que merece la pena.

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sábado 9 de enero de 2010

El ABCD de Schulz


Schulz, Carlitos y Snoopy no es un libro de historia del cómic, sino un libro de historia de la cultura de masas contemporánea. Michaelis había publicado una extensa biografía de N. C. Wyeth, y se acercó a Schulz desde fuera del mundo de las viñetas, con la intención de descubrir a un icono de la Norteamérica moderna. [Peanuts], protagonizada por un grupo de niños reflexivos como adultos, ascendió lentamente hasta llegar a la cumbre en la década de los 60, coincidiendo con el paso a primer plano del perrito Snoopy. En medio de la revolución juvenil, los lemas de la tira de prensa convirtieron a las criaturas de Schulz en iconos generacionales. Snoopy provocó un insólito consenso: lo mismo aparecía en una pancarta por la paz que en el morro de un bombardero sobre Vietnam.

Santiago García, hoy mismo en ABCD, el suplemento cultural de ABC.
Para leer el artículo entero pincha aquí.

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lunes 4 de enero de 2010

La gran serie freudiana

Gracias a una amable lectora me entero de que el pasado lunes 28, el programa Asuntos Propios, que dirige y presenta Toni Garrido en Radio Nacional de España, dedicó nueve minutitos a charlar sobre Schulz, Carlitos y Snoopy. El colaborador literario del programa, Ignacio Armada, profesor de Cine y Literatura en la Universidad CEU San Pablo, dijo cosas como esta:

«Yo creo que este es un gran acontecimiento, para empezar porque es una biografía que se publica en español y es una de las pocas ocasiones en que, no sólo ya en español, sino en cualquier idioma, se le dedica una biografía extensa y un estudio extenso a un autor de cómics, pero es que el caso lo merece. Schulz ha sido uno de los grandes autores culturales del siglo XX. […] Creo que lo bonito de sus tiras son dos cosas. La primera es que retrata un mundo de pequeñeces, un mundo interior. No un mundo de aventuras, sino un microcosmos de cuatro o cinco personajes, centrándose en contar las relaciones entre ellos, que son las relaciones entre todos los seres humanos. Esto es lo que luego va a imitar Quino soberbia y magistralmente con Mafalda, lo que va a reinventar Bill Watterson con Calvin y Hobbes, lo que son de alguna manera B.C. o El mago de Id, lo que han sido las grandes tiras cómicas de los últimos cincuenta años. Y el germen de eso está de alguna manera en Peanuts. Y luego, por otra parte, que Schulz dibuja de una manera muy icónica, muy sencilla, y eso permite no sólo hacer mucho merchandising sino que de alguna manera todo el mundo se identifique con esas ilustraciones. […] Esto es lo que hacía que la serie no gustase sólo a los niños, sino que gustase fundamentalmente a los mayores, y por eso se ha convertido en un fenómeno cultural y ha trascendido el mundo del cómic. Porque si se puede definir de alguna manera, creo que es la gran serie freudiana. Todos los grandes complejos de los adultos están de alguna manera en Peanuts».

Si quieres escuchar la intervención de Ignacio Armada al completo, puedes hacerlo gracias a la mediateca de RTVE:

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Todo viaje creativo empieza con un problema.
Nikki Sixx
Popsy