lunes 9 de mayo de 2011
El pasado 20 de abril se inauguró en el Palau Solleric de Palma de Mallorca la exposición «Universos», una amplia retrospectiva de la obra de Fernando Vicente que abarca todas sus facetas artísticas: historietista, pintor y, por supuesto, ilustrador. La semana pasada tuve ocasión de visitarla y lo cierto es que la disfruté enormemente. Si en algún momento os podéis acercar, no lo dudéis, ya que merece mucho la pena. Me hizo particular ilusión ver en una vitrina, entre un par de docenas de cubiertas ilustradas por Fernando, un ejemplar de Reina del crimen. Habiendo salido a la venta apenas un par de semanas antes de la inauguración, no se me había ocurrido imaginar ni por un momento que la novela de Megan Abbott pudiera estar incluida en la muestra, así que imaginaos mi sorpresa y mi alegría.
La exposición puede visitarse hasta el próximo 7 de agosto. Si queréis haceros una pequeña idea de lo que podréis encontrar en ella, podéis echarle un vistazo a estas fotos que he colgado en mi flickr. Consideradlo un ligerísimo aperitivo de los más de doscientos originales reunidos en «Universos». Lo dicho: no dejéis escapar la oportunidad.
Más información y horarios en la página del Casal Solleric.
Cómic • Ilustración
Fernando Vicente, Reina del crimen 6 comentarios
viernes 25 de marzo de 2011
La cubierta de Reina del crimen completamente desplegada. Pincha para ampliar.
A la hora de plantear la portada de Reina del crimen tuve desde el primer momento un único ilustrador en mente. Como ya he comentado otras veces, la novela de Megan Abbott es probablemente la más tradicional, formal y argumentalmente, de cuantas hemos publicado hasta ahora. No sólo está ambientada en los años cincuenta, sino que además entra de lleno en los parámetros de lo que consideraríamos los grandes clásicos del género negro; no en vano los nombres que más ha usado la crítica a la hora de contextualizarla han sido los de James M. Cain y Raymond Chandler. Por todo ello, mi primer impulso fue el de acudir a Fernando Vicente, el cual, además de ser un ilustrador excepcional, es un verdadero enamorado tanto del género como de los grandes portadistas a los que de inmediato asociamos con éste. Afortunadamente, a Fernando le entusiasmó la idea: «Hago muchas portadas de libros, es una de las partes importantes de mi trabajo, pero esta es la primera ocasión en la que he podido tirar por un genero que me encanta. Adoro a los clásicos, de los que atesoro una nutrida colección. Maguire, James Avati, Mitchell Hooks y, por supuesto, Robert McGinnis. Creo que, como muchas otras cosas de esa época, es un estilo que vuelve con fuerza, las pin-ups, el mobiliario y la moda retro… Mira si no la serie Mad Men. Es un estilo que el lector entiende perfectamente y que no hace falta tanto adaptarlo como actualizarlo. En este momento las librerías están demasiado llenas de portadas anodinas y de un exceso de fotografía, muchas veces sacadas directamente de bancos de imagen. Pienso que viendo mi portada no estas viendo una portada antigua sino algo perfectamente actual… o eso espero».
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Las dos fotos que le envié a Fernando como referencia. Pincha para ampliar.
Al contrario que en otras ocasiones, mi implicación en el desarrollo fue mínima. Me limité a enviarle a Fernando una galerada de la novela y dos fotos, comentándole lo siguiente: «Las protagonistas de la novela son dos mujeres de carácter que utilizan la elegancia y la buena presencia como escudos protectores en un mundo en el que abundan las «mujerzuelas» y la mala gente. Su buen gusto es parte de lo que las hace intocables dentro de su ambiente. Vamos, que yo me las imagino un poco como en la primera foto. Luego está esta otra imagen que también me transmite bastante bien la idea de la novela, por ese contraste entre la elegancia del vestido y la modelo y ese mundo como grasiento que la rodea. Se diría que estuviera intentando escudarse de la mugre, que es un poco lo que tiene que hacer la protagonista de Reina del crimen cuando recorre los casinos y los garitos de apuestas cuya recaudación recoge todas las semanas; pasearse por los bajos fondos pero sin mancharse. Me gusta mucho que transmita esa sensación de elegancia/independencia y que a la vez utilice el color de una manera tan sencilla y llamativa, como dando a entender que detrás de esa imagen hay algo más. Que se trata de una elegancia «alterada» o un tanto peligrosa (salvando las distancias, como en tus ilustraciones de la serie Vanitas, o la portada que hiciste para Juez y parte; la imagen es bella, pero genera inquietud)».
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A la izquierda el boceto original y a la derecha la portada pintada.
Aquí arriba podéis ver el primer boceto que me envió Fernando. El primero… y el único, porque de inmediato le dije que no le diera más vueltas. Al contrario que la portada norteamericana, que dejaba un poco al personaje de Gloria Denton en las sombras para potenciar la relación entre la anónima protagonista con un jugador de mala reputación, la imagen de Fernando se centraba en el que para mí es el aspecto más fundamental de la novela, que es la relación entre las dos «reinas del crimen», la veterana y la recién llegada. También me encantó el detalle de la ruleta integrada en el vestido y la idea de que la portada fuera a estar dominada primordialmente por un tono de color. Fernando desenfundó los pinceles y me envió la imagen acabada que veis a la derecha. Como podréis comprobar, es prácticamente idéntica a la portada publicada. Sólo le pedí que eliminara dentro de lo posible los blancos rizos del pelo de Gloria, ya que me parecía que le quitaban un poco de peso a esa mirada tan enigmática y maravillosamente captada que, en mi opinión, «vende» por sí sola el libro.
Aunque en principio había pensado usar una rotulación mecánica para el título, Fernando es tan fan de las rotulaciones manuales de las novelas de los cincuenta que me envió esta foto de aquí arriba con ejemplos sacados de su colección particular y me propuso hacer una él. Lógicamente, una oferta semejante no se rechaza así como así, y no podría sentirme más satisfecho con el resultado. Es evidente que la calidez y la textura que aporta una rotulación manual a cualquier tipo de portada ilustrada es muy difícil de imitar con una fuente mecánica. Más abajo podéis verla tal como la vi yo por primera vez, aplicada sobre las imágenes de portada y contraportada. Sobre el origen de dichas imágenes, por cierto, Fernando comenta lo siguiente: «La primera sensación que tuve al leer el texto es de que estaba ante un clásico de la novela negra, por lo que mi primera idea desde el principio era atacar el tema desde un punto de vista formal clásico del genero, el pulp o el paperback. Realmente la primera idea la tuve en la primera línea de texto: “¡Quiero esas piernas!”. Esa frase me mató, me pasé el resto del libro pensando si las haría andando, cruzadas, encima de una mesa o cómo, pero tenía que dibujar esas piernas. Sin embargo, la novela es algo más compleja y pensé que necesitaba una portada algo mas densa, por eso dejé esa primera idea para la contraportada. Viéndola ya hecha sí me da la sensación de que habría podido funcionar como portada, no así el dibujo que hice para la portada que es demasiado ambicioso para una contra. O sea que están bien tal como están». Qué duda cabe que así es.
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Probando la rotulación manual sobre las versiones definitivas de la portada y de la contra.
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