domingo 30 de octubre de 2011
El mejor escritor de horror al que nunca has leído. Así definía esta semana a Todd Grimson el crítico Damien Walter en esta columna para The Guardian dedicada a su novela Acero, la cual califica como «la mejor novela sobre vampiros jamás escrita». Desde el momento de su publicación, Grimson ha ido adquiriendo una talla de verdadero autor de culto que ahora, más de diez años después, parece a punto de experimentar un repentino auge de popularidad en el mercado anglosajón gracias a la reedición casi simultánea de sus dos novelas de género, Acero y Brand New Cherry Flavor. Parece evidente que sus antiguos fans, o al menos aquellos que ahora trabajan en medios de comunicación, llevaban tiempo buscando una excusa para hablar largo y tendido sobre su obra (véase como ejemplo este excelente artículo de Nick Antosca aparecido hace un par de semanas en The Paris Review). Aunque me parece que aquí tendremos que esperar sentados a que se dé un fenómeno similar, como la esperanza es lo último que se pierde, os dejo un par de párrafos de la reseña de Damien Walter, a ver si os pica el interés.
* * *
En el fondo, las historias de vampiros hablan de nuestro deseo de morder a, o ser mordidos por, quienquiera que deseemos, cuando sea que lo deseemos. Con Acero, Todd Grimson se dispuso a escribir «la última y definitiva novela de vampiros». Y lo consiguió. Ambientada en los noventa, con un Los Ángeles podrido de sexo, drogas y rock alternativo como telón de fondo, Acero sigue a Justine, una joven de 400 años que padece una extraña enfermedad glandular que le alarga la vida pero le obliga a recibir transfusiones de sangre regularmente, y a Keith, un músico de rock con las manos tan destrozadas como su vida tras el suicidio de su novia. Un reparto de marginados sociales en un sórdido ambiente californiano dista de ser algo único en la ficción vampírica, pero es en los detalles donde Acero deslumbra.
Los Ángeles proporciona una piedra angular para el expedito estilo literario de Todd Grimson, que en algunas secciones de la novela adopta el estilo negro de James Ellroy y otros autores asociados con la ciudad. Adjetivos como «parco» y «minimalista» son demasiado recurrentes a la hora de describir la prosa de Grimson, al igual que sucede con la de su famoso coetáneo Bret Easton Ellis. Se puede establecer una clara comparación entre ambos escritores: los dos abordan temas de alienación y sociopatía y reflejan la psicología de sus personajes mediante una prosa dura como el diamante. Pero mientras que una exposición prolongada a Easton Ellis pronto revela la desapegada voz del autor repitiéndose libro tras libro, Grimson expone los corazones palpitantes de sus personajes, incluso los de los no muertos.
Como sus personajes vampíricos, Acero es una novela que va ganando fuerza con el paso del tiempo. Hoy en día vivimos obsesionados con la figura del vampiro porque representa el ideal de nuestra cultura. Bello y resplandeciente. Eternamente joven. Inmune a la emoción y a otras fragilidades humanes. No sujeto ni a la muerte. El vampiro es en gran medida como la imagen que nos venden de nosotros mismos en la publicidad y las películas. Por fuerte que fuese esa cultura en los noventa, no ha hecho sino intensificarse hoy en día. Acero es una novela que aguarda a ser redescubierta por una generación obsesionada con su propia imagen aunque le cueste el alma.
Libros
Acero, Es Pop Ediciones, Todd Grimson 6 comentarios
domingo 25 de abril de 2010
Todd Grimson. Foto: Elizabeth Eldridge.
Acero, de Todd Grimson, está considerada en el mundo anglosajón una de las mejores y más injustamente ignoradas novelas de vampiros jamás escritas; un clásico de culto que, al igual que su novela Brand New Cherry Flavor, sigue reapareciendo con regularidad en blogs y foros especializados cada vez que un lector consigue hacerse con un ejemplar y se queda arrebatado por su intensidad y su romanticismo crudo y sanguinolento. Teniendo en cuenta la asombrosa escasez de información que existe sobre Todd en Internet, decidí aprovechar el lanzamiento de nuestra edición en español de su novela para mantener con él la siguiente charla.
Han pasado trece años desde la primera publicación de Acero. ¿Cómo crees que destaca tu novela frente a esta nueva corriente de vampiros castos, adolescentes y asexuados que triunfa hoy en día?
No he seguido para nada toda esta última moda de narrativa vampírica, por lo que puede que en realidad sea mucho mejor de lo que parece a primera vista, aunque no es eso lo que me han contado. El caso es que, mientras la estaba escribiendo, estaba convencido de que Acero sería la novela que básicamente acabaría con el género, que sería la última y mejor novela de vampiros de la historia. Sé que era una pretensión absurda, pero no me importa parecer absurdo.
En Acero salen vampiros y en Brand New Cherry Flavor zombis. ¿Qué cosas te aportan como escritor estos iconos del horror?
Empecé intentando sistematizar una cosa que en ocasiones me parecía haber logrado en algunos de mis cuentos, que era ser capaz de transmitir una sensación como de estar soñando despierto, pero en una narración más larga. Quería desarrollar una idea que entrara de lleno en lo que entonces consideraba un “realismo cinematográfico”, un concepto evidentemente emparentado con el “realismo mágico”, que podríamos describir de manera básica como La vida + Efectos especiales. Teniendo en cuenta que la imaginación de los lectores modernos está completamente infectada por el lenguaje y el vocabulario del cine, y que mis propios sueños suelen ser muy vívidos y cinematográficos, todo esto parecía tener cierto sentido. Acero tuvo su origen en un sueño. A medida que iba escribiendo la novela, la visión original se vio reforzada por otros sueños marcados por las imágenes que en aquel momento me obsesionaban.
Diario de un cura rural, de Robert Bresson.
¿Había un intento deliberado por tu parte de redefinir el género con Acero o lo de los vampiros era sólo un buen modo de aportar un elemento de intensidad a lo que de otro modo podría haber sido una historia de amor bastante sencilla?
Quería escribir la última y definitiva novela de vampiros. Me leí todo lo que había en aquel momento y me tiré un mes rumiándolo. En Entrevista con el vampiro, Anne Rice tiene a tres vampiros que viven en Nueva Orleans a primeros del siglo XIX, cada uno de los cuales mata supuestamente a una persona cada noche. Eso son más de mil cadáveres al año en un momento en el que la población de aquella ciudad era mucho menor que la actual. ¿Y quieres decirme que nadie se da cuenta? Me pareció ridículo y, peor aún, nada interesante. ¿Cuánta sangre necesitarían consumir cada día? Yo había trabajado en una unidad de cuidados intensivos y estaba íntimamente familiarizado con la sangre y la muerte, por lo que empecé a pensar: ¿y si el vampiro evitara las reveladoras mordeduras en el cuello, poseyera un ligero poder hipnótico, no fuera igual de fuerte que un superhéroe y sólo extrajera la sangre justa para vivir? ¿Digamos la cantidad equivalente a un plato de sopa? La víctima sobreviviría la mayor parte de las veces. Comenté distintas posibilidades con un médico amigo mío. Existe una condición médica que requiere de frecuentes transfusiones de sangre, otra en la que el paciente puede padecer hipersensibilidad ante los rayos ultravioleta del sol. Se ha postulado que la acumulación de “agua pesada” en el cuerpo es lo que provoca el envejecimiento y finalmente la muerte. ¿Podría ser que una enfermedad tuviera un efecto secundario positivo, quizá relacionado con el bazo o con la glándula tiroides, que regulara el organismo? No es del todo imposible. Puede que no sea probable, pero al menos para lo que yo pretendía nos acercaba a un terreno de mayor realidad. En el libro apenas se hace referencia a ningún tipo de poderes sobrenaturales. Justine puede morir. Y si te muerde en el cuello, no mueres de inmediato. Ni siquiera el veneno de la serpiente de cascabel es tan rápido.
La pasión de Beatriz, de Bertrand Tavernier, con Julie Delpy.
Para tratarse de una novela corta, utilizas muchos personajes y situaciones, creando un mosaico de narrativas, algunas de las cuales, como el episodio ambientado en los años cincuenta o el rodaje de la película en 1969, parecen casi cuentos cortos. ¿Te resultó difícil manejar todos los elementos sin perder de vista la historia principal?
No quería que Justine tuviera 400 años de sabiduría acumulada, ya que de ese modo no habría mostrado vulnerabilidad alguna, habría resultado imposible que la niña que lleva dentro sobreviviera. Justine es, en algunos aspectos, una criatura frágil, lo cual a su vez la hace sexy. Sufre de amnesia parcial. Para ella el pasado es como un sueño. También me parecía importante que creyera en Dios. Si crees en Dios, experimentas con mucha más intensidad la angustia en el momento en el que te convences de que te has condenado. Las escenas de flashback nos muestran hasta cierto punto a una Justine diferente. Primero imité el lenguaje y la atmósfera de Poe. Para la escena de Los Ángeles en los años cincuenta, adopté esa realidad intensificada propia del James Ellroy de La dalia negra. El episodio de los años sesenta es el Pynchon de V y mis propios recuerdos de películas como The Trip, pero en plan cruel.
Tu estilo narrativo es muy directo, pero extrañamente poético.
Mi único objetivo era ser preciso. No creo que mi prosa suela tender a ser florida. No me gustan demasiado, por lo general, los autores que gustan de exhibirse. Ese tipo de prosa acaba interponiéndose entre el lector y la desnudez de lo que se le está mostrando.
¿Cómo de importante era para ti que Keith fuera músico, y por qué?
Yo mismo he tocado mucho. Tocaba el piano. Recitales de piano, de hecho. Y también estuve en un grupo. Hasta que me dañé los nervios de la mano izquierda. De modo que todo aquello surgió de mi propia experiencia. Las manos heridas de Keith… sabia cómo se sentía. Y por otra parte, normalmente suelo escribir con los auriculares puestos mientras escucho algo preferiblemente ruidoso y a todo volumen… Luego ni siquiera me acuerdo de qué era lo que estaba escuchando.
Lance Henriksen y Jennette Goldstein en Los viajeros de la noche.
Me da la impresión de que Acero podría leerse hoy en día casi como un tratado antropológico, ya que retrata a la perfección un momento y un lugar, Los Ángeles en los años 90. No sé si estarás de acuerdo con esa lectura, pero me gustaría saber qué era lo que observabas a tu alrededor en el momento de escribir la novela que te llevó a creer ese ambiente tan bien descrito.
Escribí Acero justo después de Brand New Cherry Flavor, que es más satírica, menos emocional. En cierto modo me pareció como si estuviera haciendo una continuación de esa novela. Algunos de mis amigos se engancharon a la heroína, así que supongo que eso debió influirme aunque sólo fuera porque era algo de lo que estaba rodeado. Recuerdo haber ido a comprar caballo en compañía de yonquis más experimentados. Tan pronto como decidí escribir la novela y ambientarla en ese tipo de entorno, los demás elementos, como el grupo de chavales góticos, empezaron a encajar por sí solos. Pero desde luego mi intención no era escribir un gran comentario sobre el momento. Lo único que me preguntaba continuamente, una y otra vez, era: “¿Estoy consiguiendo que tenga sentido?”. Y me preocupaba mucho llegar a entender de verdad a Justine, que no es una joven moderna. Para ello, me empapé de la novela de Georges Bernanos Diario de un cura rural y también de la adaptación al cine que de ella hizo Robert Bresson. También vi La pasión de Beatriz, de Bertrand Tavernier, más de cien veces. Los últimos dieciséis minutos de esa película retratan un ritual misterioso y perfecto que no dejó de conmoverme ni una sola vez, a menudo hasta el borde de las lágrimas. Y a continuación me ponía a escribir, justo después de ver el primer plano de su rostro, cuando está perdida y se da cuenta de que ha quedado condenada para siempre.
Si no me equivoco, llegaste a vender los derechos cinematográficos de Acero, pero al final nadie hizo nada con ellos. ¿Qué ha pasado con eso?
Lise Raven, que es una cineasta independiente, escribió un tratamiento e intentó ponerlo en marcha durante años, pero todos los grandes estudios no hacían más que decirle que ya tenían otra película de vampiros en marcha. Tanto Lise como mi agente, Lisa Callamaro, les decían: “¡Pero vamos a ver, si tenéis aquí todo los elementos posibles para hacer la película definitiva de vampiros!”. Pero hasta ahora no ha servido nada. Yo todavía tengo esperanzas de que algún día hagan la película, no sólo porque me parece que podría ser una buena película sino porque eso podría llevar a más gente a leer el libro. Sigourney Weaver y 20th Century Fox compraron los derechos de Brand New Cherry Flavor a cambio de bastante más dinero, pero en mi opinión sería una película más complicada de rodar. Acero sin embargo podría rodarse tal cual. Bastaría usar los diálogos del libro. No haría falta ni un solo plano de efectos digitales. Sólo un par de actores desconocidos y ser capaz de contar la historia de una manera sencilla y directa.
Pues ya que hablamos de cine, ¿cuáles son tus tres películas de vampiros favoritas?
Los viajeros de la noche, Conde Yorga, vampiro y Drácula de Bram Stoker (la de Gary Oldman).
Entrevistas • Libros
Acero, Es Pop Ediciones, Todd Grimson Un comentario
domingo 25 de abril de 2010
Todd Grimson’s Stainless, one of the best and more unjustly ignored vampire novels ever written, is something of a cult classic that still pops up regularly in blogs and message boards whenever a new reader gets ahold of a copy and gets blown away by its sheer intensity and its raw and bloody romanticism. I recently interviewed Todd à propos of the Spanish release of his novel; finding an interview with him it’s almost impossible even on the Web, so I thought I should post it here in English. Hope somebody enjoys it.
Left: English Cover. Right: Spanish Cover.
Oscar Palmer: It’s been thirteen years since Stainless was originally published. How do you perceive the changes experimented by American pop culture since then, and how do you think Stainless stands against this last wave of defanged and desexed vampires?
Todd Grimson: I haven’t watched any of the new vampire fare. So maybe it’s better than I think. Though not from what I hear. I thought to myself at the time that Stainless basically ended the genre, that it was the last and the greatest vampire novel ever. It sounds absurd, but I don’t mind sounding absurd.
OP: There’s vampires in Stainless and zombies in Brand New Cherry Flavor. What did using both of these pop horror icons allowed you as a writer?
TG: I started out (BNCF was written first) trying to organize what I accomplished sometimes in my short fiction… trying to work the “waking dream” quality I thought I occasionally achieved… into the longer form. I developed the idea of what I then saw as “cinematic realism.” This has an obvious relation to “magical realism” – at its most basic, you might call it Life + Special Effects. Given that our modern imaginations have been so infected by the language and vocabulary of film, and that my own dreams are vivid and cinematic, this all seemed to make sense. Stainless originated in a dream; as I worked on the novel the original vision was reinforced by other dreams making use of the images obsessing me by then.
Robert Bresson’s Diary of a Country Priest.
OP: Were you deliberately attempting to redefine or deepen vampire lore, or was this just a mean to an end, a good way of giving an edge to what could have otherwise been a simple love story?
TG: I wanted to write the Final, Ultimate Vampire Novel. I read all that was out there, brooded for a month. Anne Rice in Interview With a Vampire has three vampires living in early 19th century New Orleans, each supposedly killing one person each – every night. That’s over a thousand corpses a year when the population of that city was much less than today. And no one notices?! I thought this was ridiculous, and, worse than ridiculous, uninteresting. How much blood would one need per day? I have worked in a surgical intensive care unit, I was and am intimately familiar with blood and death. What if the vampire avoided the obvious bitemark on the throat, possessed some mild hypnotic power, was not as strong as a superhero, and only took enough blood to live? Say a bowl of soup’s worth? The bitten would most often survive. I discussed the possible issues with a physician I knew. There is a medical condition which requires frequent transfusions, another in which a patient may be hypersensitive to the ultraviolet light of the sun. It’s been postulated that the accumulation of “heavy water” in the body is what causes aging and eventual death, Maybe a disease might have a side-effect which is positive, perhaps something offbeat in the spleen or the thyroid reregulating the organism? It’s not completely impossible. It may not be likely, but for my purposes such hypotheses at least moved us closer to something real. There is minimal if any invocation of supernatural power in this book. Justine can be killed. And you do not instantaneously die when her teeth touch your neck. Rattlesnake venom is not even so fast as that.
OP: You use quite a lot of characters and situations for such a short novel, creating almost a mosaic of narratives. Some of them, like the fifties episode with the police detective or the shooting of the vampire movie in 1969 almost seem like complete short stories. Was this hard to manage without losing sight of the main storyline? And was this fragmentation always part of your original plan or did it grow as you went along?
TG: I didn’t want Justine to have 400 year old eyes. There’s no vulnerability in that, no capacity for some survival of the child within. Justine is fragile in some ways, and this also makes her more sexy. She suffers from some amnesia. The past is like a dream. It’s also important that she believes in God. When you believe in God you experience it much more acutely if you come to believe you are damned. The flashback scenes showed us to some extent a different Justine. I mimicked the language and mood of Poe, then for 1950s Los Angeles I used some heightened notion of the James Ellroy one finds in The Black Dahlia. The 1960s scene is the Pynchon of V. and my memories of such films as The Trip — gone cruel.
Bertrand Tavernier’s The Passion of Beatrice, starring Julie Delpy.
OP: Your writing in Stainless is very sparse but oddly poetic. Did you have to labour a lot to get this balance?
TG: I only sought to be precise. I don’t think my prose tends in general to be “purple” – I’m not a big fan of the author showing off. That sort of prose comes between the reader and the nudity of what is being shown.
OP: How important was to you that Keith should be a musician? And why? I love that he thinks a lot about sounds, and the way he wishes to play just one infinite note stroke me as very genuine.
TG: I have played a lot of music myself. I played the piano. I once gave piano recitals, and also was in a band. Then I suffered nerve damage to my left hand. So this all came from experience. Keith’s injured hands… I felt I knew what that was like. And meanwhile, I usually write with headphones on, listening to something very loud…and then I have no memory of what it is I have heard.
OP: It seems to me as if Stainless is now like a time capsule of the nineties, not because is dated in any way but because it encapsulates perfectly a time and a place. I don’t know whether you’ll agree with that perception at all, but I’d like to know what were you seeing around you at the moment of writing, that led you or inspired you to create the ambiance that permeates the novel.
TG: I wrote it right after Brand New Cherry Flavor, which is more satirical, less emotional. It seemed like a continuation of that novel in some ways. Some of my friends became heroin addicts, so I suppose that influenced me, just because it was all around. I’ve scored drugs with more experienced junkies. Once I committed myself to the project and saw this as a milieu that I could live in, the goth kids and so on just fell into place out of all those I saw or knew. But I wasn’t trying to make a grand statement about the times. I was always, always, asking myself “Does this make sense?” And I was trying to really understand Justine, who is not a modern young woman. To that end I immersed myself in Georges Bernanos’ novel Diary of a Country Priest (and the film made of this by Robert Bresson), and I watched Bertrand Tavernier’s The Passion of Beatrice easily more than one hundred times. The last sixteen minutes of that film portrays a mysterious, perfect ritual that moved me every time, often to actual tears. And then I would write, after the close-up of her face when she is lost, she realizes she is forever damned.
Lance Henriksen and Jennette Goldstein in Near Dark.
OP: If I’m not mistaken, you did sell the film rights for Stainless, but as far as I know, nothing came of that. Did Hollywood screw you as anybody else?
TG: Lise Raven, an independent filmmaker, wrote a treatment, and kept trying for several years. The big studios all kept saying they each had their own vampire film in development. Lise Raven – and my Hollywood agent, Lisa Callamaro, would say “But wait, this would be the ultimate, this gives you everything and anything you’ve ever thought you might get from the vampire mythos!” I still hope there might be a film, both because I hope such a film might be great – and because a film might bring more people to read the book. Sigourney Weaver and 20th Century Fox took an option on Brand New Cherry Flavor, which gave me more money – but would probably be a much more difficult film to make. Stainless is right there. Just use the dialog in the book. There’s no need for expensive CGI. Use unknowns and keep it simple and direct.
OP: Since we’re talking about film, name your three favorite vampire movies
TG: Near Dark; Count Yorga, Vampire; Bram Stoker’s Dracula (w/Gary Oldman).
- If you live in a country where Spotify is licensed, be sure to check this selection of tunes handpicked by Todd as the perfect soundtrack for Stainless.
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lunes 22 de marzo de 2010
Para celebrar que Acero y A la cara, los dos primeros títulos de Es Pop Narrativa, ya están en las tiendas, hoy os traigo una chorradilla simpática que espero que os haga gracia. Se trata de una banda sonora para Acero, elegida por el propio autor de la novela, Todd Grimson. Hace poco le estuve entrevistando para el dossier de prensa del libro y, teniendo en cuenta la importancia que tiene la música dentro de la trama y lo mucho que contribuye a su ambientación, se me ocurrió pedirle que elaborara una pequeña lista de temas adecuados para una hipotética banda sonora. Y este ha sido el resultado:
- Sueisfine, de My Bloody Valentine
- I Only Think of You, de The Horrors
- Jesus is On the Mainline, de Mississippi Fred McDowell
- Colony, de Joy Division
- Dreams Burn Down, de Ride
- Algo de Mazzy Star
- Más My Bloody Valentine
- Piano Sonata nº 1, de Alban Berg interpretada por Glenn Gould
- Visions de l’Amen, de Olivier Messiaen para dos pianos, interpretada por Serkin & Takahashi
- Cuarteto para cuerda nº 1, de Maurice Ravel
- Decades, de Joy Division
- Insight, de Joy Division
- Sonata para piano y cuarteto de cuerda, de Morton Feldman, interpretada por Yuki Takahashi y Kronos Quartet
- Algo de Ry Cooder tocando la slide guitar en plan lento, como en la banda sonora de Paris, Texas
- Reverence, de Jesus & Mary Chain
Ahora, gracias a Spotify, si tenéis interés por oír a qué suena esta recopilación urdida por el bueno de Todd Grimson o incluso ponerla de fondo mientras leéis el libro, tenéis ya todos los temas reunidos y colocados en orden en esta lista de reproducción.
Un par de comentarios acerca de la lista. Como veréis, el tema de Mazzy Star y el segundo de My Bloody Valentine no estaban especificados, así que estos en concreto los he añadido yo; «So Tonight That I Might See» porque me parecía que encajaba muy bien después del «Dreams Burn Down» de Ride y «Come in Alone» porque creo que refleja un momento muy concreto de la relación entre Justine y Keith y ese punto de semioptimismo que adoptan durante la segunda parte del libro. Por otra parte, no he conseguido encontrar la versión de Visions de l’Amen de Serkin & Takahashi, pero supongo que podremos apañarnos con esta grabación de 2006 a cargo de Andreas Grau y Götz Schumacher (cabe aclarar que Visions de l’Amen es una obra formada por siete composiciones, de las cuales he elegido sólo una, el «Amén del deseo», pues es la que personalmente más apropiada me parecía para el libro, pero ya que Grimson menciona la obra entera, dejo aquí otro vínculo a Spotify para quien quiera sumergirse por completo en las Visions de l’Amen de Messiaen). ¡Que ustedes lo disfruten!
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lunes 22 de febrero de 2010
Bueno, pues después de tanto misterio y de tanto andarse por las ramas, por fin llegó el momento de anunciar oficialmente ese proyecto al que llevo aludiendo desde finales del año pasado y que finalmente llegará a las tiendas, convertido en realidad, el próximo 12 de marzo. Se trata de Es Pop Narrativa, una nueva colección coeditada junto a mis amigos de Valdemar (bajo el sello conjunto Valdemar/Es Pop) con la que pretendemos dar a conocer en castellano novelas contemporáneas de género con un marcado acento pop. Bueno, lo del marcado acento pop es un poco el ángulo de venta y la típica frase chorra con la que uno intenta diferenciarse frente a las tropecientas colecciones de narrativa que abarrotan el mercado; en realidad de lo que se trata es de publicar una serie de novelas cojonudas y muy escogidas que por algún motivo inexplicable han escapado a la atención de los grandes grupos editoriales, pero esto, claro está, no lo puedo decir con esas palabras más que aquí, que estamos en familia. Por otra parte, hay que reconocer que tampoco abundan los títulos que cumplan ambos requisitos (que nos parezcan verdaderamente buenos y que hayan conseguido escapar a las garras de los grandes grupos) así que tampoco esperéis un ritmo de publicación demasiado alocado. Probablemente saquemos cuatro novedades este año y, si todo va bien, otras seis para el siguiente. Más allá de eso, ya veremos.
Así estaba la semana pasada el suelo de mi estudio entre pruebas de color,
ferros, plotters, monstruos, primeras muestras y correcciones.
¿Qué más os puedo contar? Pues que la colección está inspirada en otras de fuera, como Vintage Crime en Estados Unidos y Serpent’s Tail en Gran Bretaña; es decir, sellos más preocupados por reunir una alineación de autores coherente y con personalidad propia que por editar a lo loco; sellos que cuidan el aspecto de sus libros para que el diseño haga honor al contenido y sea atractivo a la vista en vez de plantar una fotografía comprada en un banco de imágenes y retocada con Photoshop. Vamos, que la idea es editar lo justo, pero bien. Y sobre todo garantizar una continuidad en la calidad de los títulos para que el lector tenga la seguridad de que no le vamos a vender gato por liebre. ¿Qué tipo de títulos? Bueno, creo que los dos escogidos para lanzar Es Pop Narrativa dan una buena idea de lo que queremos que sea la colección. El primero, Acero, de Todd Grimson, es una original novela de vampiros protagonizada por el guitarrista de un grupo postpunk (de ahí lo del «marcado acento pop» que os decía antes). El segundo, A la cara, de Christa Faust, es un brutal relato de venganza capaz de continuar una larga tradición marcada por obras como Get Carter y A quemarropa, a la vez que la subvierte con un punto de vista completamente nuevo y una serie de giros del todo inesperados.
Como de costumbre, no espero que os fiéis únicamente de mi palabra, así que aquí tenéis, para ir abriendo boca, un adelanto en PDF de cada uno de los libros. El de Acero podéis bajároslo pinchando aquí.
Y el de A la cara podréis encontrarlo aquí.
Aparte de eso, a continuación encontraréis las fichas promocionales que he preparado para cada uno de los títulos. Como siempre, haced cualquier uso que os parezca de ellas. Copiadlas, reposteadlas, reenviadlas por mail, pasadle los detalles a vuestros libreros, contádselo a vuestros amigos en los bares… ¡lo que sea! Ya de antemano os agradezco cualquier tipo de difusión que le podáis dar al material. No me importa reconocer que estoy particularmente ilusionado con esta colección y que espero que sea igual de bien recibida o incluso mejor que los libros que he publicado hasta ahora en solitario. ¡Ya me diréis si os gustan!
ACERO
Todd Grimson
Justine es una vampira francesa de origen medieval. Keith era guitarrista en un grupo post-punk hasta que unos matones pagados por un novio celoso le rompieron las manos. Primero obligado y luego en honor al imprevisto vínculo que ha surgido entre ellos, Keith se encarga de proteger a Justine durante las horas de sol y de conducirla por todo Los Ángeles en busca de presas para saciar su sed. El resto del tiempo lo dedican a charlar, a fantasear juntos y a crear un mundo propio y cerrado, aislado del exterior. Sin embargo, su privado universo de paz está a punto de llegar a su fin.
David Henry Reid era actor en los tiempos del cine mudo. Hasta que una noche fue mordido por Justine. Desde entonces, ha pasado casi un siglo obsesionado por volver a reunirse con ella, sólo para verse rechazado. Movido por una insaciable crueldad refinada a lo largo de varias décadas como vampiro, David se dispone a vengarse de Justine… y de todos aquellos que encuentre cerca de ella.
La situación es más compleja, pero el resumen es ese. Bienvenido a Los Ángeles, una ciudad capaz de hacer realidad todos tus sueños. El problema es que hay sueños que sería mejor no realizar nunca. Todd Grimson transforma las convenciones de la ficción vampírica para revelarnos una historia de amor apasionada y perturbadora, íntima y brutal. Vivir por amor. Morir por amor. ¿Y después qué? Esto.
«Todd Grimson es el escritor americano más innovador del momento, un maestro del noir, un brillante estilista de la prosa. Acero es Anne Rice para sofisticados y la primera gran novela de vampiros de la era posmoderna».
James Ellroy, autor de L.A. Confidential y La Dalia Negra
«Si Raymond Chandler o Flannery O’Connor hubieran escrito una novela de vampiros, podría leerse con la brutal y apasionada claridad de Acero. Grimson va pelando y explorando capa tras capa de corrupción hasta descubrir el corazón de una historia de amor devastadora».
Katherine Dunn, autora de Amor profano
Características: 14 x 21,5 centímetros. Rústica con solapas. 272 páginas.
ISBN: 978-84-937771-1-1
Precio: 17 €
Dossier en PDF (incluye sinopsis, reseñas, entrevista con el autor y 15 páginas de adelanto)
Alta resolución (5,1MB): http://www.espop.es/prensa/acero.zip
Baja resolución (616KB): http://www.espop.es/prensa/acero_low.pdf
Portada: http://www.espop.es/prensa/acero_portada.tif
A LA CARA
Christa Faust
Angel Dare creía llevar una vida perfecta y ordenada. Hasta que su pasado regresó de imprevisto para sumergirla en una espiral de violencia. Brutalmente agredida, dejada por muerta y acusada falsamente de asesinato, Angel se verá obligada a huir de la justicia al mismo tiempo que de la organización criminal que quiere acabar con ella. Pero Angel no está dispuesta a seguir siendo una víctima indefensa. Armada con todos los recursos aprendidos durante una década como profesional de la industria del cine para adultos, e impulsada por una furia incontrolable, no dudará en hacer todo cuanto sea necesario hasta conseguir que sus agresores paguen por todo lo que le han hecho.
Christa Faust reinventa el género negro desde un punto de vista puramente femenino, pero tan áspero y cortante como el de los mejores maestros del hardboiled. El resultado es una novela trepidante y sorprendente con la que Faust ha ido a unirse a ese pequeño pero imprescindible grupo de autoras que, de un tiempo a esta parte, están renovando un estilo tradicionalmente masculino con un ímpetu, un desparpajo y una dureza propios de los grandes clásicos.
«Un libro duro y oscuro, lleno de estilo e inventiva, que no hace sino crecer hasta llegar a un desenlace arrollador».
Allan Guthrie
«Una novela negra incisiva escrita con gran estilo y de lectura absorbente».
Ramsey Campbell
«Christa Faust es como la única morena en un mundo lleno de rubias».
Quentin Tarantino
Características: 14 x 21,5 centímetros. Rústica con solapas. 256 páginas.
ISBN: 978-84-937771-0-4
Precio: 16 €
Dossier en PDF (incluye sinopsis, reseñas, entrevista con la autora, making of y 20 páginas de adelanto)
Alta resolución (5,4 MB): http://www.espop.es/prensa/alacara.zip
Baja resolución (572KB): http://www.espop.es/prensa/alacara_low.pdf
Portada: http://www.espop.es/prensa/alacara_portada.jpg
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