miércoles 3 de marzo de 2010
Qué gracia me ha hecho ver esta foto de Ania Ortiz de Lejarazu en el cartel que anuncia la exposición Tetrapack, una muestra de la obra de cuatro jóvenes fotógrafas de Álava que podrá verse en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa de Vitoria hasta el próximo 19 de febrero (gracias por el chivatazo, Leticia). Reproduzco, ya que estoy, parte de la nota de prensa de la exposición por si alguien está interesado y quiere pasarse a echar un vistazo para ver esta pedazo de foto en directo. ¡A mí desde luego no me importaría tenerla colgada en casa!
«La exposición colectiva muestra los trabajos de Blanca Quintana, Ania Ortiz de Lejarazu, Irene Orozco y Yone Estibariz, las cuatro ganadoras de Gazte Klik 2009, certamen organizado por el Servicio de Juventud del Ayuntamiento de Vitoria, bajo el comisariado de la fotógrafa alavesa Ana Nieto. El origen de Tetrapack lo podemos encontrar, por tanto, en el certamen fotográfico Gazte Klik, dirigido a jóvenes alaveses y cuyos objetivos consisten en impulsar la creación artística y difundir el trabajo fotográfico de nuevos creadores locales apoyando sus posibilidades de desarrollo a partir del reconocimiento público y el apoyo institucional». El proyecto de Ania en concreto sigue las andanzas de un grupo de rock femenino llamado Turboneskak.
El cartel, por si queréis verlo entero, está aquí.
Autobombo • Fotografía
Ania Ortiz, Los trapos sucios, Mötley Crüe 4 comentarios
martes 15 de diciembre de 2009
Mi amigo David Muñoz, guionista de cine (Dentro de mí), cómic (Sordo) y televisión (Noche Sin Tregua), ha colgado en su blog un cortometraje que grabó el año pasado y a cuyo rodaje tuve la suerte de que me invitara. Y lo de suerte no sólo lo digo por peloteo, porque me lo pasara muy bien y porque hiciera un montón de fotos, sino porque la cosa acabó inspirándome directamente para un proyecto que estoy terminando precisamente estos días y que verá la luz en marzo del año que viene (ya hablaré en detalle del mismo cuando llegue el momento). Tengo que agradecerle en particular a Ana Villa, la actriz protagonista del corto, que después de terminar el rodaje todavía tuviera la buena voluntad de ponerse a posar otra media hora sólo para mi cámara. La idea era utilizar quizá alguna de las fotos para luego hacer una carátula de DVD, pero la cosa ha acabado dando mucho más de sí. El resultado podréis verlo, como decía antes, en un par de meses. ¡Pero por supuesto si queréis ver el corto no hace falta que esperéis ni un minuto más!
Pincha aquí para ver El último día.
Pincha aquí para ver las fotos del rodaje.
Cine • Fotografía
Ana Villa, David Muñoz, El último día 2 comentarios
domingo 22 de marzo de 2009
Monstruos modernos: Tommy, The Hip-Hop Clown, de Naomi Harris.
«Los norteamericanos tienden a carecer de moderación. Ya sea comiendo, bebiendo, comprando o conduciendo enormes coches que no dejan de tragar gasolina. Los individuos a los que he retratado los superan teniendo además un feroz apetito sexual». Naomi Harris
Si os interesa la fotografía y el arte es muy probable que sigáis ojo avizor las últimas novedades de la editorial alemana Taschen. De ser así, quizá os suene el libro America Swings, de la fotógrafa canadiense Naomi Harris, de cuya publicación a finales del año pasado ya se hicieron eco algunos periódicos españoles (entre ellos el suplemento dominical de El País, que le dedicó todo un reportaje). America Swings es una colección de fotos tomadas en reuniones y encuentros de «swingers», que es como se denomina en Estados Unidos a los aficionados al intercambio de parejas y al sexo con desconocidos. El resultado es, como poco, sorprendente; una nueva prueba palpable de que, como cantaban los Leño, maneras de vivir las hay a puñados. Y a veces no hace falta ir demasiado lejos para encontrar la sorpresa, basta con entrar en casa de los vecinos. Este talento de Naomi Harris para rascar por debajo de la superficie y poner de manifiesto estas realidades superpuestas entre sí (muchos de sus retratados viven en el llamado «cinturón bíblico» de Estados Unidos y son manifiestamente conservadores: devotos creyentes y votantes republicanos que se declaran liberales sólo en lo que se refiere al sexo) le ha valido comparaciones con Diane Arbus, otra fotógrafa también muy apreciada por aquí en Cultura Impopular, cuyas impactantes fotos de decrepitud y decadencia humana han influido no poco en su trabajo.
Monstruos modernos: Leigh en Haddon Hall, de Naomi Harris.
También, igual que Arbus alternaba sus trabajos comerciales como cotizada fotógrafa de moda con proyectos personales mucho más descarnados, Harris combina su labor como retratista de famosos como Michael Bublé, Rufus Wainwright, Peter O’Toole, Sarah Silverman o Jenna Bush, la hija de George W., con impresionantes reportajes centrados en las residencias para la tercera edad de Miami o en el sorprendente paisanaje que frecuenta las carreras automovilísticas de NASCAR. «Me chifla Diane Arbus», corrobora ella desde las páginas de su libro. «Adoro el hecho de que se sintiera atraída hacia individuos que otros habían elegido ignorar. Es evidente que además interactuaba con la gente a la que fotografiaba; una no consigue ese tipo de fotos siendo meramente una observadora. También me gusta mucho el fotógrafo inglés Martin Parr, el sueco Lars Tunbjörk, los primeros trabajos de Richard Billingham y Nick Waplington. También Bellocq, Disfarmer y August Sander. Supongo que puedes ver un patrón: me encanta lo oscuro y el realismo. Adoro ver lo que pasa tras las puertas cerradas y me encantan los fotógrafos que son capaces de conseguir acceso a situaciones realmente duras».
Monstruos modernos: desayuno para perros en elHotel Beverly Wilshire, de Naomi Harris.
Mientras estaba en Miami realizando uno de sus reportajes fotográficos sobre la vida de los ancianos retirados, Naomi Harris empezó a frecuentar una playa nudista llamada Haulover Beach. «Tan pronto como me convertí en una habitual, empecé a fotografiar allí a la gente», contó en esta entrevista aparecida en la edición norteamericana de Playgirl. «Sabía que muchos de los que frecuentaban la playa eran swingers. Un amigo mío, sexagenario, me pidió que le acompañara a cierto club un domingo por la noche ya que necesitaba una «cita» (los clubes de intercambio de parejas raramente permiten la entrada a hombres solos). Y pensé: ¿por qué no? La curiosidad me estaba matando. Todo el mundo vino vestido con ropa sexy pero yo no podía dejar de pensar en ellos como en gente normal y corriente –profesoras, contables, cajeras de banco– con una vida de lo más mundana. Pero allí estaban, poniéndose morados en el bufé y luego, 20 minutos más tarde, metiéndose en un reservado para montar una orgía. Me pareció fascinante y divertido a la vez. Supe que tenía que fotografiar este fenómeno. Nadie más lo había hecho».
Swinger con problemas de apnea en Swingstock, un festival de cuatro días dedicadoal nudismo, el intercambio de parejas y el fornicio. Foto de Naomi Harris.
En su introducción a America Swings, Richard Prince incide en este aspecto de normalidad anormal: «Según el cine, la televisión y la pornografía comercial norteamericana, las únicas personas que follan en Estados Unidos son jóvenes, esbeltos y perfectos. Naomi Harris piensa de otra manera. En el transcurso de sus cuatro años de exploración por el submundo sexual de Norteamérica, la fotógrafa canadiense descubrió que los que tienen la vida sexual más desatada no son los maniquíes de Hollywood, sino la gente normal y corriente de la puerta de al lado: la señora amable del banco, tu médico de cabecera, esa camarera tan simpática e incluso tu maestro de la escuela dominical. Llámenlo como quieran: intercambio de parejas, «la buena vida» o deporte de interior; pero el caso es que lo de entregarse al sexo extramatrimonial consentido bien podría ser la afición que más rápidamente se está popularizando en Norteamérica. Para penetrar en este mundo, Harris, de 38 años, se unió a los swingers en su propio terreno de juego, trabajando a menudo con sólo unas zapatillas y un cinturón de herramientas en el que llevar los accesorios de la cámara. En 48 meses, fotografió 40 fiestas, a lo largo y ancho del país, desde Mahwah, Nueva Jersey, hasta Pleasanton, California; de Big Lake, Minnesota a Washington, Texas. Acudió a fiestas navideñas, de Halloween, de San Valentín, para celebrar la Super Bowl y también a una cena de Acción de Gracias completamente en bolas. Fotografió la fornicación en camionetas y en yates de lujo. Conoció a médicos, abogados, párrocos, granjeros, maestras de colegio y amas de casa, y descubrió que todos estos improbables adictos a la sensualidad eran acogedores y simpáticos, y estaban más que dispuestos a mostrarle la auténtica forma del sexo norteamericano».
Espero que sea champagne. Imagen de America Swings, de Naomi Harris.
Esa forma no solo está completamente alejada de todos los convencionalismos (la propia Harris define su libro más como un trabajo antropológico que como un libro de arte erótico) sino que además ofrece un reflejo de nuestra sexualidad que puede que algunos consideren grotesco, pero que en realidad es mucho más genuino, dentro de su desnudez, su patetismo y su humor, que el que nos muestra a diario el espejo deformante de los medios de comunicación; por mucho que queramos (o quieran) convencernos de lo contrario, nuestro futuro no es parecernos a las estrellas del papel cuché sino más bien a estos maduritos entrados en carnes de nalgas blancas y fofas.
America Swings se publicó, como decía antes, a finales del año pasado. Hace unos días, State of the Art, el interesante blog de la revista American Photo, publicó una entrevista con Naomi Harris que ha sido la que me ha recordado que le debía una entrada. Os pego, para acabar, un par de fragmentos de la misma. El resto lo encontraréis aquí.
Diseño de interiores de America Swings, de Naomi Harris.
AP: ¿Cómo reaccionaron los swingers, muchos de los cuales son tirando a maduros y nada fotogénicos desde un punto de vista tradicional, cuando te vieron?
Harris: No hacían más que decirme que dejara la cámara y participara, lo cual no me vino nada mal para el ego. El primer día, recuerdo haber visto a unas mujeres con cincuenta kilos de más disfrutando de orgasmos múltiples. Me pregunté por qué a mí no me pasa eso.
AP: ¿No objetaron ante tu presencia?
Harris: A veces alguno decía: «¡Ya está bien de fotos!». Pero a menudo les excitaba. Muchos de estos individuos son exhibicionistas, así que no les importaba. Sólo fotografié a aquellos que me firmaron una hoja de autorización.
AP: ¿Hiciste un esfuerzo por pasar desapercibida?
Harris: Intenté ir vestida según los temas. Si era una fiesta nudista, iba desnuda. Otras veces me vestía sexy, con pantalones cortos ajustados y sujetador. Creo que es mejor no destacar demasiado para hacer las fotos. Consigues que la gente se cuestione menos qué es lo que estás haciendo allí.
AP: ¿Qué cámara utilizaste?
Harris: Uso una Contax 645. Por desgracia, la empresa ya no existe, pero yo sigo utilizándola. Es mi cámara favorita. Parece de 35mm a pesar de que es de formato medio. Para fotografiar a la gente en el acto, usé un Quantum Q Flash. Sencillamente quería capturar el sexo tal y como lo estaba viendo. Para los retratos, utilicé reflectores con paraguas, haciendo rebotar la luz en el techo para conseguir una apariencia más formal.
AP: He visto que la galería de swingers de tu página web está protegida con contraseña. ¿Por qué?
Harris Al principio no lo estaba. En un primer momento pensé que la gente se daría cuenta de que si soy capaz de fotografiar a gente como ésta, que no es precisamente chic ni sofisticada, y conseguir que se sientan a gusto, entonces es que puedo fotografiar a cualquiera. Pero he perdido algunos trabajos comerciales debido a esas fotos. Hubo uno en concreto en el que prescindieron de mí después de haberme hecho volar hasta Carolina del Norte. Un ejecutivo vio las imágenes en mi web y se sintió incómodo. Es curioso. Creo que si fotografiase chicas jóvenes y atractivas, sería como Terry Richardson. A él todo el mundo le halaga y le admira por crear imágenes altamente sexuales. Eso te demuestra el doble rasero de nuestra sociedad: las chicas jóvenes y atractivas pueden follar, pero los demás deberíamos quedarnos escondidos en el armario.
Acción de Gracias en pelotas. Imagen de America Swings, de Naomi Harris.
Pincha aquí para ir a la página web de Naomi Harris. Para ver una buena muestra de sus fotos, entra en el Slideshow. ¡Ah! Y no dejes de ver la galería dedicada a Haddon Hall, un hotel de Miami reservado a la tercera edad. Es realmente impresionante.
Pincha aquí para ver la página oficial de America Swings y aquí para leer una extensa entrevista de Richard Prince a Naomi Harris.
Y si después de todo esto, aún te quedan ganas de más, entra aquí para leer otra entrevista más con Harris y descubrir quiénes son y qué hacen «los mandingos». ¡Impresionables abstenerse!
Fotografía • Sexo
Diane Arbus, Naomi Harris, Swingers Un comentario