A todo trapo
El suplemento EP3 del diario El País publica hoy una entrevista con Vince Neil, cantante de Mötley Crüe, a propósito de su concierto de mañana en el Kobetasonik de Bilbao y de la publicación en España de Los trapos sucios. A continuación, un par de respuestas de Vince centradas directamente en el libro.
EP3. Los trapos sucios se acaba de publicar en España. ¿Cambiarías algo del libro?
Vince. No podemos, porque todo es verdad. Cuando se publicó, le pedí a mi tercera mujer que no lo leyera. Me prometió que no lo haría, pero lo hizo. Al día siguiente, me llamó para pedir el divorcio [risas].
EP3. Es que tanta sinceridad…
Vince. Es lo que queríamos. Una biografía real, de verdad. Pocas bandas se atreven a publicar un libro así. Quizá porque la mayoría están casados. Nunca quisimos ser una banda salvaje. Pero fue lo que ocurrió.
EP3. Han pasado ocho años desde Los trapos sucios, la autobiografía de Mötley Crüe. ¿Cómo se llamaría una posible segunda parte sobre estos últimos tiempos?
Vince. The Dirtier [Lo más sucio].
EP3. ¿Está todo contado u os habéis guardado algún secreto?
Vince. Está todo contado, o por lo menos, lo que recordamos. Nos faltan algunas piezas en la memoria, pero el 99% de lo que nos ocurrió está en el libro.
EP3. Se decía que ibais a convertir el libro en una película. ¿Qué ha pasado?
Vince. Una gran empresa compró los derechos hace nueve años. Leímos el guión y estaba guay. Hasta la iba a dirigir David Fincher [El club de la lucha, Seven, Zodiac…]. Pero no tenemos ni idea de cómo va el proyecto.
EP3. ¿Quién querrías que hiciese de ti?
Vince. Sería mejor que lo hiciesen actores desconocidos. No me veo con la cara de Val Kilmer.
EP3. Hombre, y se hace difícil imaginar a Leonardo DiCaprio con unas mallas ajustadas de leopardo y un cardado gigante…
Vince. Bueeeeno, no estaría mal.
Pincha aquí para leer el resto de la entrevista en la página web de El País.
«V. N. Intentaron matarnos, pero no han podido. El grunge era lo opuesto a lo que significábamos nosotros: el rock de estadio, muy teatral, gastar mucho dinero… Ellos trajeron el aburrimiento. Jodieron el rock. Eran tipos mirándose los pies mientras tocaban. Se pasaban el día hablando de lo jodidos que estaban por culpa de la fama. Me da igual, tío, yo quiero conducir mi coche, follarme a una tía buena y tomarme una cerveza.»
«Me gustaba Nirvana, pero me gusta más pasármelo bien. Si el mundo en el que vives es una mierda, ¿por qué darle la paliza a la gente diciendo lo jodido que estás? Yo prefiero coger a esa persona que está mal y llevarla a una fiesta. De eso va Mötley Crüe.»
Wow. Me ha gustado esta entrevista. Durante unos momentos he vuelto a sentir el espíritu que animaba Los trapos sucios, como si fuera una especie de epílogo al libro. Y me he descojonado también con las apreciaciones del amigo Vince sobre todos esos plastas del grunge.
Me hace cierta gracia, también, que estos chicos malos del rock, ahora rehabilitados y convertidos en empresarios, se refieran a la historia que se cuenta en Los trapos casi siempre desde un punto de vista un tanto impersonal: «esto es lo que ocurrió», como si hubieran sido arrastrados por una maquinaria sobre la cual no hubieran tenido ellos más que una responsabilidad subsidiaria. La culpa era de las drogas, o el alcohol… y, claro, ahora están sobrios. La propia dedicatoria de Los trapos llevaba ya en sí el germen de un juicio moral al respecto: dedicado a nuestras esposas e hijos, con la esperanza de que nos perdonen…
Pero, en fin, la historia del rock es un poco así, la historia de una rehabilitación.
Ja, ja, me ha gustado mucho eso de que la historia del rock es la historia de una rehabilitación, no te falta razón. Supongo que aquí pasa un poco como lo que comentan en El otro Hollywood al respecto de Traci Lords y Jenna Jameson y sus autobiografías en las que se medio disculpan por su pasado; parece que el mercado mainstream aún no está preparado para acoger en su seno a estrellas del porno no arrepentidas. Los Mötley a veces dan la impresión de pecar un poco de lo mismo, no sé si por verdadero arrepentimiento o como maniobra comercial. Deben de saber que si realmente dijeran no haber aprendido nada ni lamentar nada a mucha gente le parecerían unos cabrones irredentos indignos de seguir siendo admirados. Vamos, digo yo.
Mmmm… Cabrones irredentos… suena a nombre para grupo HardPunk.