Romances digitales, cubiertas animadas
Dos curiosas adendas a mi entrada anterior sobre diseño y libros electrónicos. La primera, el anuncio realizado la semana pasada de que Dorchester Publishing, una de las principales editoriales de libro de bolsillo en Norteamérica, abandona el formato físico para pasarse por completo al libro digital y a la impresión por demanda a partir de hoy mismo. Dorchester trabaja lo que en Estados Unidos se llama el mass market, es decir, el mercado masivo: novelas de bolsillo muy baratas (de precio y factura) destinadas al consumo mayoritario, no tanto en librerías como en grandes almacenes tipo Wal-Mart y demás. Es decir, que no sigue estrictamente las estrategias de venta de las editoriales, llamémoslas, «literarias». En cualquier caso, no deja de ser un paso bastante radical que incide en lo que ya comentábamos acerca del creciente abismo entre el mercado mayoritario y el minoritario. Según este artículo de Jeffrey A. Trachtenberg para el Wall Street Journal, la medida ha venido marcada por una caída del 25% en las ventas del año pasado. «La decisión de pasarse a digital», escribe Trachtenberg, «podría ser un signo de lo que se avecina para otros pequeños editores enfrentados a una bajada de las ventas en el negocio de la impresión tradicional. Este cambio le asegurará a Dorchester un significativo ahorro en un momento en el que sus expectativas pasan por doblar sus ventas digitales en 2011. Dorchester, que lleva editando novelas de bolsillo para el mercado masivo desde 1971, publica entre 25 y 30 nuevos títulos al mes, de los cuales aproximadamente un 65% son de género romántico. Los fans de la novela romántica en particular ya han acogido con entusiasmo el libro electrónico, en parte porque les permite leer sus novelas en público sin tener que mostrar la cubierta». Esta última puntualización me parece no sólo curiosa sino también muy acertada, y lo cierto es que nunca me había parado a pensarlo. Es indudable que la lectura, como todo tipo de actividad cultural, lleva implícita cierto grado de pavoneo: hay libros que se exhiben con más orgullo y comodidad que otros, y no me parece exagerado pensar que el pudor pueda llegar a influir en el tipo de lecturas que uno se lleva al metro o a la playa y cuáles reserva para casa. ¿Quizá títulos como El otro Hollywood pudieran funcionar mejor como libro electrónico que como libro tradicional? ¿Puede resultar un inconveniente la cubierta en casos como este? No lo sé, pero desde luego da qué pensar.
De todas maneras, y para terminar con el sorpresivo anuncio de Dorchester, si por algo he traído a colación su cambio de modelo de negocio ha sido no sólo porque me pareciera significativo, sino porque, como sabrán los seguidores de Cultura Impopular, Dorchester es también la editorial que ampara uno de mis proyectos editoriales favoritos, Hard Case Crime, cuyo máximo responsable, Charles Ardai, ya ha salido al paso para aclarar que no, que él no se pasa al digital. «El destino de HCC no está particularmente ligado a esta situación», declaraba hace tan sólo dos días en The Rap Sheet. «El sello HCC es de mi propiedad y si Dorchester ya no va a seguir en el negocio de imprimir y distribuir libros como los nuestros, podemos asociarnos con otro editor o distribuidor que lo haga. Ya estoy en conversaciones con varios e imagino que en las próximas semanas o meses podremos ir aclarando nuestras opciones. Mientras tanto, los dos libros que tenemos anunciados en nuestra página web [entre ellos el nuevo de Christa Faust] sufrirán sin duda algún retraso, y cuando salgan es probable que sea en colaboración con otra compañía que no será Dorchester, pero mi previsión es que saldrán. No tengo ningún interés en convertir Hard Case Crime en una editorial de libros electrónicos. No tengo nada contra el e-book, pero sería una solución que iría en contra del objetivo principal de HCC, que es celebrar un tipo muy concreto de artefacto físico, la novela de bolsillo criminal de mediados de siglo».
La segunda adenda tiene más que ver con lo que decíamos en los comentarios de la anterior entrada sobre el modo en el que podrían cambiar o no las portadas de los libros electrónicos y los nuevos retos que les esperan a los diseñadores. He aquí dos soluciones posibles en extremos opuestos del espectro. A través del twitter de Jorge Portland llego a este artículo de James Bridle con abundantes muestras de tres editoriales, Odyssey, Melville House y Reclam, especializadas en diseños minimalistas que convierten el libro en poco más que un icono.
Por otra parte, Charlie Orr, desde su blog The Hypothetical Library, realizó hace un par de meses tres curiosas pruebas animando portadas ya existentes para adaptarlas al mundo digital. «Básicamente una portada es una imagen y un título», explica Orr. «Pero podría ser un cortometraje o una animación, abstracta o narrativa. Podría tener música o ruidos inquietantes. También podría ser un portal con enlaces a otra información, como el catálogo del editor o más información acerca del libro. Podría hacer cualquier cosa que nunca hubiéramos imaginado que pudiera hacer una portada. Pasé de asumir que un día las portadas podrían desaparecer por completo a creer que podían adoptar una vida completamente nueva. Desarrollé algunas muestras del aspecto que podía tener una portada de libro digital, principalmente para mostrarlas dentro de la industria, pero he decidido que ha llegado el momento adecuado para presentarlas en público. Echad un vistazo y a ver si estáis de acuerdo conmigo».
Podéis ver el resto de animaciones de Charlie Orr, a mayor tamaño, en la página enlazada más arriba o directamente en Vimeo. No sé hasta qué punto puede llegar a cuajar una idea como esta, pero no me cabe duda de que veremos muchos más ejemplos en el futuro.
Lo primero, gracias por citarme. Siempre es un placer leer tus buenos post.
Y segundo, este ejemplo de Charlie Orr me pareció fantástico
http://thedigitalbookcover.com/gaiman/if-you-read-this-book-world-will-end/
Un saludo
Qué curiosas estas portadas animadas.
Lo del pudor que la gente puede sentir al leer en público según qué novelas es algo en lo que siempre me he fijado: date cuenta la cantidad de libros forrados con papeles de periódico que puedes ver cuando viajas en metro. ¿Una forma de cuidar la cubierta del libro que uno va leyendo? Sinceramente, lo dudo.
Jorge: Gracias a ti por la difusión y los tweets. La portada animada/interactiva para el libro de Gaiman es una pasada, sí. Aunque personalmente me gusta más la versión física con candado. ;-)
Manuel: ¡Está claro que toda esa gente que lleva el libro forrado con periódico en realidad está leyendo Sexorama! Ahora en serio, es evidente que hay cosas que se enseñan con más alegría que otras, pero hasta ahora no se me había ocurrido pensar que precisamente el libro electrónico es la manera ideal de a) leer novela rosa, filosofía alemana, libros de Es Pop o cualquier otra cosa que te de vergüenza enseñar, a la vez que b) pareces moderno e interesante. ¡Todo son ventajas!
A mí también me han encantado las portadas animadas, la verdad es que les veo muchas posibilidades. Y es que yo opino que el libro digital se desarrollará de la mano de elementos gráficos que lo hagan atractivo, al igual que la gente se esmera en diseñar sus blogs y sus webs con un determinado y atractivo aspecto, creo que el diseño gráfico tendrá su espacio dentro del mundo digital, ya sea con elementos como el de Charlie Orr u otras opciones. Para mi la portada de un disco o de un libro siempre han sido elementos importantes a lo hora de dicidirme a comprar, y creo que seguirá siendo así.
Excelente artículo, Óscar. En Japón existe el negocio de crear tapas para diferentes tamaños de libros. Evidentemente, ellos son más pudorosos, pero está claro que no es lo mismo leer en público un libro de Proust que uno de Corín Tellado.
Por otra parte, como informático creo que el libro digital debe aportar valor añadido para imponerse. Incluir contenido multimedia (música, animación, juegos ¿Por qué no?, …) es una forma de diferenciarse. Sería un error mantener el modelo actual en los ebooks ¿Cómo simular el tacto/olor del papel? Ahora estamos en una fase inicial, en la que tienen éxito los ebooks cuyos equivalentes en papel son neutros, impersonales. Los libros en papel que cuentan con grandes tiradas y que son substituíbles los unos por los otros (novela romántica, «histórica», …) tienen los días contados .
Magnífica tu presentación. Sin duda el libro electrónico es el presente más interesante del mundo editorial. Gracias
A riesgo de sonar carca tengo que decir que para mí nada supera el placer de tener un libro impreso en las manos. No creo que el libro digital acabe arrinconando a sus hermanos en papel, más bien creo que es un formato que compartirá mercado con los ya existentes. Todo dependerá, como siempre, de los precios: mientras apenas haya diferencia entre el precio de venta de un libro físico y su versión electrónica, me temo que el e-Book no terminará de despegar en España. Veremos…
P.D.: ¡Suerte con la próxima salida de Slash! Y una petición para que se edite alguno de los libros de Max Allan Collins, un estupendo autor de género negro desgraciadamente poco conocido en España; (creo que lo único que se ha publicado de él por estos pagos son sus novelas de la serie CSI y Camino a la perdición, ¡ojalá podamos ver pronto traducidas las secuelas, Road to Purgatory y Road to Paradise, o su serie de novelas del detective Nathan Heller!). Un saludo.