El invisible Harvey
Hace un par de días fallecía Harvey Pekar, uno de los más claros y a la vez inclasificables precursores del tebeo autobiográfico norteamericano. Nunca fue underground, aunque en parte salió del mismo caldo de cultivo que estos, recurriendo durante décadas a la autoedición como forma de abrir una nueva vía para la historieta y colaborando con autores seminales del movimiento como Robert Crumb. Nunca fue alternativo, tal y como se entendía el término en la industria del cómic de los ochenta y los noventa, ya que para entonces llevaba demasiado tiempo clamando en el desierto como para poder pasar por moderno y rompedor. Ni siquiera en su manera de hacer autobiografía se asemeja demasiado a lo que solemos asociar con el término. Durante varios lustros fue una figura constante pero en realidad marginal dentro del cómic independiente norteamericano. Al final, no fue el cómic sino el cine el que vino a recuperar cierta visibilidad para su persona, gracias a una notable película titulada como su serie de toda la vida, American Splendor, escrita y dirigida para la HBO por los documentalistas Shari Springer y Robert Pulcini. A propósito de su estreno en España en el año 2005, tuve la suerte de hacerle una entrevista a Pekar para el número 4 de la revista Travelling. Hoy la recupero aquí a modo de recuerdo.
En 1998 escribiste un guión que iba a dirigir el documentalista Chris Smith. ¿Cómo evolucionó el proyecto de American Splendor?
Cuando Chris Smith ganó en 1999 el premio al mejor documental en Sundance, su película [American Film] fue comprada por CBS/Sony, y Chris tuvo que renunciar a trabajar en American Splendor para poder dedicarse a promocionarla. Ted Hope, el productor, decidió recurrir entonces al equipo formado por Bob Pulcini y Shari Berman, que estaban un poco en su misma onda. Aunque yo había empezado a escribir un guión para Ted, ellos tenían muy claro lo que querían hacer, por lo que se encargaron de escribir el definitivo. Ted presentó el proyecto a HBO y consiguió un presupuesto de dos millones de dólares, con el que rodamos durante un mes en Cleveland. En principio HBO había pensado presentar la película como telefilm, pero la reacción fue tan positiva, sobre todo después del premio en Sundance, que no hubo problemas para conseguir un distribuidor que la estrenara en cines.
En la película comentabas que “sólo Dios sabe cómo me sentiré cuando vea esta película”. ¿Cuál ha sido finalmente tu reacción?
Estoy muy contento, creo que es una película estupenda y pienso que el reparto y el equipo hicieron un trabajo fantástico, no pretendo atribuirme los méritos. Me encanta el modo en el que Bob y Shari han mezclado los géneros, y creo que el recurso de utilizar a varias personas para interpretar los mismos papeles es muy interesante. Me encanta la película, y me parece que les está yendo muy bien con ella. En HBO la han pasado ya muchas veces, y aún sigue habiendo demanda. No sé, puede que acabe siendo una película popular.
En uno de tus tebeos, en 1994, decías: “Si consigo llegar a los 62, podré retirarme y cobrar mi pensión. Ése es mi próximo gran objetivo”. Ahora que has conseguido cumplirlo, y con creces, ¿qué le pides al futuro?
Bueno, sí, ahora cobro mi pensión del gobierno. Sin embargo, después de 37 años cotizando a la Seguridad Social, sólo recibo un tercio de la cobertura que me habría correspondido. La culpa es de Ronald Reagan, que como podrás suponer, no es uno de mis presidentes favoritos. Tampoco lo es George Bush, por cierto. En cualquier caso, lo único que espero del futuro es seguir ganando suficiente dinero, escribiendo tebeos o artículos sobre jazz, como para poder mantener a mi familia. Ése es mi objetivo. Seguir adelante. Mientras pueda vivir en la misma casa, comer la misma comida, seguir como hasta ahora, y pagar la educación de mi hija… no pido nada más.
Otra cita sacada de uno de tus tebeos es una en la que decías: “los elogios me ayudan a sobrellevar los tiempos en los que escasea el dinero mejor de lo que el dinero me ayuda a sobrellevar los tiempos en los que escasean los elogios”. ¿Crees que por fin has alcanzado un buen equilibrio entre ambas cosas?
La verdad es que me ha abrumado la reacción ante la película y ante mis cómics, que últimamente han empezado a venderse mejor. No tengo ninguna queja. He ganado con esto más dinero del que jamás hubiera creído posible, y he recibido muchas alabanzas. Me siento muy agradecido. Es muy extraño. Después de tanto tiempo sin lograr ninguna repercusión, y ahora de repente la gente me reconoce por la calle, y me llaman por teléfono para hablar conmigo: “Acabo de ver su película en HBO y sólo quería decirle que me ha gustado mucho”. No he borrado mi número de la guia telefónica, de modo que quien quiera puede llamarme. O sea que, sí, las cosas me están yendo bien. Pero ahora tengo miedo de que todo esto se vaya a acabar de un momento a otro.
¿A qué historietistas contemporáneos sigues regularmente?
Joe Sacco es uno de mis favoritos, aparte de un buen amigo. Me parece un autor fantástico, y sus trabajos periodísticos, como Gorazde: zona protegida o El mediador, demuestran que la historieta es un medio muy versátil. De hecho, ahora estoy preparando un proyecto sobre Macedonia, inspirado un poco por el ejemplo de Joe. Tambien me gustan Daniel Clowes, Chester Brown, Chris Ware… El problema es que para los autores de ahora cada vez es más difícil publicar. Yo pensaba, viendo los avances experimentados por los cómics en los años 60 y 70, que las cosas iban a mejorar, pero no ha sido así. Para mí ha sido una gran decepción que, ahora que finalmente los cómics se han convertido en un verdadero medio de expresión que no se limita a los superhéroes o los funny animals, el público no haya respondido. No saben lo que se están perdiendo.
Más sobre Harvey Pekar en Entrecomics y Es muy de cómic.
Hola, Oscar. Una entrevista estupenda. Fue un placer publicarla. ¡Un abrazo!
El placer (y la suerte de poder hacer cosas como esta gracias a que entonces existía una revista como Travelling) fue enteramente mío, Xavi, ya lo sabes. Un abrazo.
[…] Harvey Pekar, el famoso guionista del cómic American Splendor (llevada al cine en 2003), falleció el pasado Lunes 12 de julio en su casa de Ohio, Estados Unidos, por causas aún desconocidas. El autor de culto de 70 años de edad sufría de cáncer de próstata, asma, presión alta y depresión. In Memoriam. […]
Justo ayer leí su cómic «Otro Día Más», el cual no está mal del todo (tampoco esperaba gran cosa, a decir verdad, dado que mi anterior -y primer- contacto con la obra de Pekar fue el decepcionante «Macedonia») pero, ni mucho menos, es el tipo de historias que me interesan.
De la entrevista me extraña que afirmase «(…) ahora de repente la gente me reconoce por la calle (…)», cuando hubo una época en la que David Letterman lo entrevistaba a menudo en su programa de máxima audiencia.
En otro orden de cosas, Óscar, ¿cómo llevas el libro de Slash? Perdona la indiscreción pero es que hay ganas de hincarle el diente.
Saludos.
Pues el libro de Slash ya está traducido y estamos empezando a maquetarlo. La idea es meterlo en imprenta en septiembre para que esté en tiendas a finales de mes o a primeros de octubre. Saludos.
Si el trabajo más duro ya está acabado habrá que celebrarlo. Gracias por la información,Óscar. Lo cierto es que la espera se está haciendo interminable.